Cómo se vería el planisferio si se dibujara al revés
La representación de la fisonomía del planeta tierra en un plano supone necesariamente algunos problemas prácticos –ya que su forma natural es ovalada- que derivan en decisiones arbitrarias.
El hecho de que el hemisferio Norte aparezca en la parte superior del plano está tan naturalizado, que al observar un mapamundi con las referencias al revés suele resultar extraño, aunque técnicamente es igual de válido.
Pero esta práctica no es tan inusual. En 2007, el Instituto Geográfico Militar de Chile publicó un mapamundi con el sur hacia arriba, para resaltar el lugar preponderante que ocupa el país dentro de las rutas comerciales. Este tipo de mapas también son utilizados en distintos institutos para la enseñanza de la actitud crítica.
La convención del norte hacia arriba (y el este a la derecha) de la mayoría de los mapas modernos fue establecido por el astrónomo Tolomeo. Luego fue ampliamente adoptado por otros cartógrafos como Mercator o Waldseemüller.
La Proyección de Peters, que representa proporcionalmente las áreas de las distintas zonas de la tierra
El mapamundi, tal como lo conocemos en la actualidad, responde generalmente a “la proyección de Mercator”, nombre que deriva de su creador.
Otro de los mayores problemas que enfrenta dicha proyección, creada en 1569, es que no conserva las relaciones entre áreas para valores distintos de latitud. Por ello, los mapamundis realizados según este esquema exageran la superficie aparente de las tierras situadas cerca de los polos norte y sur. De esta manera, Groenlandia aparece aproximadamente del tamaño de África, cuando en realidad el área de África es aproximadamente 14 veces la de Groenlandia.
Otro ejemplo es que Alaska aparece similar en tamaño a Brasil, cuando el área de Brasil es casi 5 veces la de Alaska.
En 1856, Arno Peters, presentó su propia proyección, que representa proporcionalmente las áreas de las distintas zonas de la tierra, subsanando la ilusión errónea que se produce con el modelo de Mercator. Es decir, corrige la mala percepción de la superficie de los distintos continentes, aunque deforma los perfiles de los países y los ángulos de la red de coordenadas.