Salvador, el cura más hip-hopero de Paiporta, transforma la bendición en un espectáculo de ritmo y fe. Desde su iglesia, inundada pero recuperada, reparte esperanza y buen rollo al estilo del freestyle.
El cura que mezcla rezos con beats
Paiporta, conocida hasta ahora por su tranquilidad, tiene un nuevo protagonista: el padre Salvador, un sacerdote que ha dado un giro de 180 grados a la manera de bendecir la comida. En lugar de un rezo solemne, Salvador opta por rimas que alegran el alma y, de paso, animan la sobremesa.
Su Rap de la Bendición ya es viral en la comunidad:
“Este es el rap de la bendición,
que ahora te cantamos a ti, Señor.
Bendice, Señor, esta comida,
y haz que vivamos con alegría.”
La idea surgió espontáneamente cuando un grupo de voluntarios se reunió para comer en la iglesia. Salvador vio la oportunidad de combinar dos pasiones: su fe y su amor por la música. “Lo hice para dar alegría, porque en estos tiempos necesitamos esperanza”, explica.
Una iglesia que también se mueve al ritmo de la música
La iglesia de Paiporta no es solo un lugar de culto, sino también un centro de ayuda. Después de que la DANA golpeara con fuerza, el templo se convirtió en un refugio para voluntarios, Protección Civil y policías. Entre el ajetreo de repartir comida y organizar ayuda, Salvador decidió que sus bendiciones necesitaban algo más que palabras: necesitaban flow.
“Lo más importante es que, incluso en medio del sufrimiento, podamos encontrar motivos para sonreír. El rap me ayuda a conectar con la gente”, asegura el sacerdote, que a estas alturas ya podría competir en La Voz.
Los mayores: sus fans más fieles
Aunque podría pensarse que el rap es un género para jóvenes, Salvador cuenta que son las personas mayores quienes más disfrutan de sus rimas. “Están libres de prejuicios, lo llevan fenomenal. Incluso algunos ya me piden que les enseñe a hacer gestos de rapero con las manos.”
El cura insiste en que la música es una herramienta para sanar el alma. Su comunidad, acostumbrada a celebrar la fe con instrumentos y canciones, ha encontrado en el rap una nueva forma de expresar alegría. “La música despeja la cabeza y llena el corazón. Es perfecta para orar y conectar con Dios”, afirma.
De las aguas al freestyle: cómo recuperaron el templo
La DANA dejó su huella en Paiporta, inundando la iglesia con dos metros de agua. Pero la fe y la perseverancia de Salvador y sus vecinos lograron devolver al templo su esplendor en apenas una semana.
“Fue duro, pero aquí estamos de nuevo, con más ganas que nunca”, dice Salvador, quien incluso improvisó un rap para celebrar la recuperación:
“El agua intentó quitarnos el paso,
pero juntos lo hicimos, no fue un fracaso.
Con escobas y fe limpiamos el suelo,
y el templo está listo para volver al cielo.”
Un cura, un micrófono y muchos corazones tocados
El impacto del padre Salvador va más allá de Paiporta. Su forma única de compartir la fe ha llamado la atención de medios y curiosos, que no dudan en acercarse para presenciar su espectáculo de rimas. Algunos fieles incluso han propuesto que grabe su propio álbum, y aunque Salvador lo toma como una broma, no descarta usar la música para proyectos solidarios.
“De momento no hay gira ni disco, pero si con esto podemos ayudar a la comunidad, estoy dispuesto a dar el paso”, dice entre risas.
Reflexión final
El cura rapero de Paiporta nos recuerda que la fe también puede adaptarse a los tiempos. Con un poco de creatividad, incluso algo tan tradicional como una bendición puede convertirse en un mensaje fresco y lleno de vida.
Y tú, ¿te animarías a unirte a una misa donde se rapea en lugar de cantar? ¿O prefieres seguir con las versiones clásicas? Quizá la respuesta esté en encontrar el equilibrio entre tradición y modernidad… con mucho flow. 🎤✝️