Un desdibujada selección española sucumbe en una segunda parte absolutamente catastrófica | El primer gol de penalti, en los inicios del primer tiempo fue un auténtico espejismo | Ramos y Piqué fueron una auténtica caricatura y ‘San’ Iker Casillas se dejó los milagros en el hotel
No pudo tener peor estreno en el Mundial la selección española dirigida por Del Bosque. Tras un primer tiempo en el que los españoles aguantaron el tipo físicamente, los holandeses pasaron por encima de los nuestros, totalmente fundidos. En algunas fases el encuentro parecía un duelo entre bólidos y tortugas.
Y eso que la cosa empezó bien, con un Diego Costa que se sobreponía a los pitos de la grada a base de juego. Una internada suya en el área holandesa propició el penalti que transformó en gol Xabi Alonso desde los once metros.
Xabi Alonso no fallaría desde los once metros en el único gol español de la noche. Foto: FIFA
Un auténtico espejismo, porque en realidad, el bagaje ofensivo español era bastante pobre. La presión holandesa asfixiaba la conexión Xavi – Iniesta y así, los de Van Gaal desactivaron casi por completo el peligro de la Roja. Por otro lado, la contra orange, con un Van Persie especialmente incisivo y un Robben estelar que imprimía una sexta velocidad a sus jugadas de ataque, ponía las cosas muy difíciles a Piqué y Ramos, sobre todo al madridista que no fue ni sombra del central que asombró a Europa en la Champions League.
España aguantó las acometidas holandesas e incluso pudo ampliar la renta con varias jugadas de Silva, que estuvo muy activo durante este primer tiempo. Pero llegó el fatídico minuto 44 en el que un pletórico Van Persie se adelantó a Iker Casillas, que se quedó a media salida, con un cabezazo inapelable que batió al capitán estableciendo así el empate a uno.
Casillas observa cómo el esférico entra mansamente en su portería, tras el espectacular remate de cabeza de Van Persie. Foto: FIFA
Llegaba el descanso como un bálsamo para los jugadores de Del Bosque, que padecieron de forma especial la asfixiante humedad que les dejaba prácticamente desfondados. Pero el paso por vestuarios no fue lo suficientemente reparador para los nuestros como para afrontar la segunda mitad con garantías.
Sin embargo, los hombres de Van Gaal salieron en la reanudación comiéndose el césped. Habría que mirar en los vestuarios de los orange por si encuentran algo de química moderna, porque lo de la velocidad de los Robben, Van Persie y compañía parece de otro mundo.
Silva fue de lo poco que se salvó de España. Foto. FIFA
Y la selección se rompió. Ramos comenzó a dar señales inequívocas de cansancio, por no hablar de un totalmente inédito Busquets, ese “entrenador en el campo” que tanto le gusta al seleccionador. Un marcaje especialmente duro y por qué no decirlo, especialmente sucio, de De Jong, también ayudó a desactivar al culé.
La prueba del apagón físico español fue el segundo gol Robben, quien pescó un balón en el centro del campo y, como si Piqué fuera a cámara lenta, se deshizo de su marca y disparó de forma imparable antes de que llegara un lentísimo Sergio Ramos. ‘San’ Iker se dejó los milagros esta vez en el hotel y Holanda cobraba ventaja en el marcador.
Aún aguantó un poco más la selección española, que con un jugadón de Silva estuvo a punto de volver a establecer la igualada, pero el portero holandés Cillessen tocó lo justo para evitar un golazo del canario.
Esto, pese a quien pese, es falta al portero. Foto: FIFA
Y entonces el infortunio, por si las fuerzas justitas de los nuestros no eran suficiente, se cebó con la Roja igual que se alió con ella en la final del anterior Mundial. En una clarísima falta de Van Persie sobre Iker Casillas dentro del área pequeña posibilitó el tercer gol de los holandeses. Donde ayer se favoreció a Brasil, hoy se perjudicó claramente a España.
Pero la realidad era que España había caído definitivamente en la misma trampa que en el anterior Mundial no le sirviera a los tulipanes: amedrentar con juego duro y hasta ilegal a los jugadores españoles para que no pudieran pensar y tocarla con criterio.
Del Bosque comprendió demasiado tarde que faltaba electricidad, velocidad, en el ataque español. Una sexta velocidad que pusiera a los nuestros al menos a la altura del contrario. Y cuando ya no había remedio, puso sobre el campo a Torres y a Pedro en un doble cambio a la desesperada, en pleno ‘roto’ patrio. A la caseta se iba Diego Costa, que ya había desaparecido del campo, y Xavi Alonso, al que parecía dolerle todos los huesos de su cuerpo.
A Torres solo le dio tiempo a fallar un gol cantado cuando ya nada podía parar la ‘sangría’ de la selección. Foto: FIFA
Aún tendrían tiempo los holandeses para humillar a una selección totalmente vencida, irreconocible, que no pudo ni supo reaccionar a la avalancha orange. Se la anularía a Silva un gol por fuera de juego, y con ello se acabaría prácticamente el ataque español.
Por el contrario, cada vez que el balón le llegaba Robben, los españoles tragaban saliva porque sencillamente no le podía seguir. Sin embargo, no le haría falta a Van Persie ni la eléctrica velocidad de su compañero para hacer el cuarto. Casillas y Ramos le regalaron, en una jugada de chiste, el cuarto gol que comenzaba a resultar insultante para la vigente campeona del Mundo.
Robben se lo pasó en grande escenificando su particular venganza. Foto: FIFA
Quedaban aún más de 20 minutos para el final y daba más miedo que esperanza el hecho de que quedara aún tanto tiempo. El balón en pies holandeses provocaba el pánico entre los nuestros y así, de nuevo Robben cazaba una para reírse de Ramos, a quien ganó insultantemente en carrera, y luego regateó a Casillas marcando a placer el quinto. Pero para el jugador del Bayern era algo más: era el gol de la venganza ante sus dos ‘bestias negras’ de no hace demasiado tiempo.
Ya solo quedaba desear el final del partido para no encajar más goles. Fernando Torres falló lo infallable cuando encaraba casi a puerta vacía. No era la noche. Llegó el pitido final y el hecho se consumaba. España había sido humillada por la selección a la que le ganó el último Mundial de Fútbol.
La cara de Vicente Del Bosque era todo un poema. Foto: FIFA
Una imagen deplorable que ninguna campeona del mundo se ha permitido jamás en su siguiente participación. Recordemos el partido inaugural de España ’82 que Argentina perdió contra Argelia en el Camp Nou. Pero aquel partido acabó en un 1-2 que aún dejaba lugar a la esperanza. Este 1-5 invita a la desesperanza, con el partido contra una crecida Chile dentro de nada y pocas cosas que salvar de esta España sin tono físico.
Se espera, pues, una auténtica revolución en la próxima alineación, donde deberá predominar el poderío físico.
VLC Noticias | Redacción