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Valencia apuesta por la innovación sostenible con el proyecto ‘Requiem in Power’, una planta fotovoltaica que transforma los cementerios en centros de energía limpia para instalaciones públicas y hogares vulnerables.
El resurgir de los camposantos: una solución energética insólita
Valencia está a punto de marcar un hito en la transición energética europea con el proyecto ‘Requiem in Power’ (RIP). A primera vista, la idea puede sonar insólita: utilizar los cementerios municipales como epicentro de una revolución solar. Sin embargo, este ambicioso plan no solo aporta una solución práctica al desafío energético, sino que también redefine el concepto de sostenibilidad urbana.
Con una inversión de 3,2 millones de euros, el proyecto promete convertir los camposantos de la ciudad en un modelo de eficiencia energética. La instalación de 6.658 placas solares generará más de 3,3 millones de kilovatios anuales, consolidándose como la mayor planta fotovoltaica urbana de Europa.
¿Por qué los cementerios? Una decisión estratégica
En el corazón de esta iniciativa se encuentra una elección logística impecable. Los cementerios, con su amplia extensión y exposición solar, representan una oportunidad única para maximizar la captación de energía sin interferir en el paisaje urbano ni sacrificar espacios verdes.
Cinco cementerios han sido seleccionados para el proyecto: General, Cabanyal, Grau, Campanar y Benimàmet. En los tres últimos, más pequeños en tamaño, ya se han finalizado las instalaciones, con Campanar liderando el cronograma como el primero en empezar a volcar energía a la red.
Cementerio de Campanar: el pionero de la revolución solar
El camposanto de Campanar, con sus 375 placas solares distribuidas en 800 metros cuadrados, se perfila como el primer impulsor de este cambio. Generará 161,25 kWp, una contribución significativa que, además de reducir costes energéticos, posiciona a Valencia en la vanguardia de la sostenibilidad.
Mientras tanto, Benimàmet y el Grau también han completado sus respectivas instalaciones, con 259 y 176 paneles solares respectivamente, sumando casi 900 m² de superficie fotovoltaica. En los cementerios General y Cabanyal, de mayor tamaño, los trabajos avanzan a paso firme, con la instalación del sistema fotovoltaico casi terminada.
Beneficios sociales y ambientales: mucho más que luz solar
El impacto del proyecto ‘Requiem in Power’ trasciende la mera generación de energía. El plan prevé que un 25% de la electricidad producida sea destinada a 800 hogares en situación de vulnerabilidad, identificados por los Servicios Sociales municipales. Este gesto, acompañado por el soporte técnico de la Fundación València Clima i Energia, busca aliviar la carga económica de las familias más afectadas por la crisis energética.
Por otra parte, el proyecto contribuye a los ambiciosos objetivos climáticos de Valencia, alineándose con la Capitalidad Verde Europea 2024 y el Acuerdo Climático Mission 2030. Se estima que esta planta evitará la emisión de más de 1.000 toneladas de dióxido de carbono al año, un paso significativo hacia la neutralidad en carbono.
Una ciudad que lidera en innovación verde
El proyecto RIP no es un caso aislado, sino parte de un esfuerzo más amplio por consolidar a Valencia como un referente europeo en sostenibilidad. La capital del Turia ha estado en el foco de iniciativas ambientales, desde la reducción del tráfico en el centro histórico hasta la promoción de la movilidad eléctrica.
Además, esta apuesta por la energía solar no solo impacta en el medio ambiente, sino que también refuerza la independencia energética de la ciudad. Con el 75% de la electricidad generada destinada a instalaciones municipales, el ahorro para las arcas públicas promete ser sustancial, liberando recursos para otros proyectos.
¿Qué sigue para el futuro de Valencia?
Con la finalización del proyecto prevista para mediados de 2025, Valencia se prepara para inaugurar oficialmente esta planta fotovoltaica única en su tipo. La ciudad no solo busca aprovechar su clima soleado, sino también sentar un precedente sobre cómo transformar espacios aparentemente inmutables en soluciones innovadoras al servicio de la ciudadanía.
Ahora la pregunta es: ¿qué otras áreas de la ciudad podrían reinventarse bajo esta nueva luz de sostenibilidad? ¿Podría Valencia ser el modelo a seguir para otras ciudades europeas? 💡