La Guardia Civil detiene a una mujer y encausa a ocho personas más tras identificar a los miembros de una organización que robaba joyas a personas mayores en la comarca de L’Horta Sur
La Guardia Civil de Valencia ha detenido a una mujer de 24 años, presunta integrante de una organización criminal dedicada al robo de joyas a ancianos mediante el conocido método del “abrazo amoroso”. Otros ocho miembros de la banda han sido encausados judicialmente tras ser identificados como parte de esta estructura, aunque se encuentran en paradero desconocido. La operación ha permitido esclarecer 21 delitos en total, entre ellos robos con violencia en varias localidades de la comarca de L’Horta Sur.
Un patrón de robos y engaños a ancianos
El desmantelamiento de la organización ha sido fruto de una investigación iniciada tras la presentación de más de una veintena de denuncias por parte de víctimas de avanzada edad. Los afectados, en su mayoría personas solas que caminaban por las calles o que se encontraban en las inmediaciones de sus viviendas, narraron cómo una mujer les abordaba con actitudes afectuosas que desembocaban en el robo de joyas, cadenas de oro y relojes de alto valor.
Los delitos se producían de forma coordinada y repetitiva en varias localidades valencianas, lo que llevó a las autoridades a sospechar de la existencia de una red criminal bien estructurada. Esta banda no solo operaba en la Comunidad Valenciana, sino que extendía sus actividades delictivas por todo el territorio nacional, sobre todo en zonas urbanas y turísticas.
El modus operandi consistía en que uno de los integrantes, generalmente un hombre, conducía el vehículo que facilitaba la huida, mientras que una mujer se encargaba de seleccionar a las víctimas y ejecutar los robos. Las víctimas, generalmente ancianos que caminaban solos o se disponían a entrar en sus viviendas, eran abordadas mediante un gesto amable o cariñoso, como un abrazo o un beso. Aprovechando la confusión y vulnerabilidad de las personas mayores, la ladrona sustraía sus joyas sin que las víctimas lo advirtieran en el momento.
El “abrazo amoroso”: un método de engaño y violencia
El método utilizado por la banda, conocido como el “abrazo amoroso”, consistía en ganarse la confianza de la víctima mediante gestos afectuosos que les desarmaban emocionalmente. La delincuente, mientras simulaba un abrazo o beso, usaba pequeñas herramientas como cortaúñas para extraer las joyas sin que la víctima se percatara de inmediato. En algunos casos, si las víctimas intentaban resistirse o se daban cuenta del robo, la autora del delito no dudaba en utilizar la fuerza, lo que convertía el hurto en un robo con violencia.
Los testimonios recabados por la Guardia Civil destacan que, en algunas ocasiones, las víctimas sufrieron lesiones físicas debido a los tirones bruscos que les causaron las delincuentes al intentar arrebatarles las joyas. Este incremento en la violencia de los hechos motivó a las autoridades a intensificar la búsqueda de los responsables, dada la gravedad del riesgo al que estaban expuestas las víctimas.
Una organización itinerante y difícil de rastrear
Uno de los elementos que complicaba la identificación y captura de los miembros de la banda era su movilidad geográfica. Los autores de los delitos utilizaban vehículos diferentes en cada golpe y las mujeres encargadas de cometer los robos proporcionaban identidades falsas cuando eran abordadas por las autoridades. Esta estrategia les permitió operar en varias ciudades, siempre evitando ser detectados o reconocidos fácilmente.
La Guardia Civil, gracias a la colaboración de varias comisarías a nivel nacional, logró identificar las distintas células de la organización que operaban en diversas zonas del país, sobre todo en áreas costeras y grandes urbes, donde era más sencillo encontrar víctimas solitarias.
Un giro en la operación: la detención de una sospechosa
El gran avance en la investigación se produjo cuando un agente de la Guardia Civil, que se encontraba fuera de servicio, observó cómo una mujer abordaba a una persona mayor en un aparente intento de robo. El agente actuó de inmediato y logró detener a la delincuente “in fraganti”. Esta detención fue clave para esclarecer dos robos más que la sospechosa había cometido el mismo día.
Posteriormente, la colaboración entre las distintas unidades de la Guardia Civil permitió identificar y desmantelar otras células de la organización. Gracias a los reconocimientos fotográficos realizados por las víctimas y al análisis de los vehículos utilizados, se consiguió rastrear a seis mujeres y dos hombres más que actuaban como cómplices. Estos últimos ejercían de conductores o facilitadores del robo.
Balance de la operación: 18 hurtos y 3 robos con violencia
En total, la Guardia Civil ha podido vincular a esta organización con 21 delitos, 18 de ellos tipificados como hurtos y tres como robos con violencia e intimidación. Las mujeres que ejecutaban los robos, de edades comprendidas entre los 20 y los 30 años, así como los dos hombres que las acompañaban, son todos de nacionalidad rumana. Aunque la operación ha permitido detener a una de las autoras materiales de los robos, los demás integrantes de la organización se encuentran en paradero desconocido, por lo que la investigación sigue abierta.
La vulnerabilidad de los ancianos: un problema social
El método del “abrazo amoroso” pone de relieve la vulnerabilidad de las personas mayores, que en muchas ocasiones se encuentran solas y desprotegidas. Estos delitos no solo implican una pérdida material para las víctimas, sino también un fuerte impacto psicológico. La sensación de haber sido engañados y agredidos de manera emocional y física deja una huella profunda en las personas de edad avanzada, que a menudo pierden la confianza para salir de sus hogares o interactuar con extraños.
Este caso plantea preguntas importantes sobre la seguridad de los ancianos en nuestras ciudades y la responsabilidad de la sociedad en proteger a las personas más vulnerables de la delincuencia.
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