Salomé se menciona en el Nuevo Testamento como una mujer que vivió en la región de Palestina en el siglo 1 dC. Según la Biblia, Salomé estuvo presente en el momento del nacimiento de Jesús y ayudó a María, la madre de Jesús, durante el nacimiento. No está claro en los relatos bíblicos qué papel específico jugó Salomé en el nacimiento, o si ella era una partera o simplemente una amiga o pariente que brindaba apoyo y asistencia.
También hay varias otras figuras bíblicas llamadas Salomé mencionadas en el Nuevo Testamento, incluida la hija de Herodías que bailó ante Herodes Antipas y fue responsable de la decapitación de Juan el Bautista. Sin embargo, no está claro si estas cifras
No hay evidencia histórica que sugiera que Salomé, quienquiera que haya sido, fue adorada o venerada como una figura religiosa en los siglos posteriores al nacimiento de Jesús. Tampoco está claro si hay algo de verdad en la afirmación de que se ha descubierto una cueva dedicada a ella.
Ya en el año 1982, unos saqueadores de antigüedades encontraron esta cueva funeraria. En 1984, una excavación dirigida por el profesor Amos Kloner de la IAA (Autoridad de Antigüedades de Israel) realizó los trabajos de investigación en la zona, clasificándola como lugar sagrado cristiano.
“Ya hemos determinado el lugar de enterramiento y estimamos que se encuentra en la región de Taposiris Magna, a 50 kilómetros de Alejandría”
No ha sido hasta finales de 2022 que un grupo de arqueólogos ha realizado una excavación más profunda y elaborada, abarcando en total una superficie de 350 metros cuadrados en las inmediaciones de la cueva, en forma de patio. Las investigaciones confirman que esta tumba, dotada de varias cámaras, se empleaba (y se emplea) como punto de veneración cristiana.
Ha habido varias “salomés” durante el transcurso de la historia, pero en este caso se trata de una matrona del pueblo de Belén. Se dice que ella no quería atender el parto de María porque era virgen. Debido a ello, su mano se “secó” y no volvió a la normalidad hasta que el niño había nacido y estaba en su cuna.
A la entrada de la cueva se alquilaban lámparas de aceite para iluminar el lugar
Según los objetos encontrados en la zona, sobre la supuesta tumba de Salomé se construyó una capilla bizantina, que a día de hoy se emplea como lugar de culto. Dentro de la cueva se han encontrado cruces e inscripciones en griego y en árabe con los nombres de “Salomé” y “Jesús”, así como con nombres de peregrinos. Los suelos son de mosaico y las puertas están apuntaladas con grandes arcos de piedra.
En la zona también se han encontrado decenas de lámparas de aceite, decoradas con flores y plantas, y datadas del siglo VIII o IX, en el período islámico temprano. Se tienen constancia de que los peregrinos que se acercaban a la tumba, alquilaban estas lámparas, entraban en la cueva a rezar y, al salir, devolvían las lámparas. En un futuro no muy lejano, se pretende abrir este lugar al público como lugar de peregrinación cristiana, para evitar así las incursiones ilegales a la zona.