Encogidos en su propio cuerpo para protegerse del frío. Así fueron encontrados Uyan y Dean, dos cachorros de león de las cavernas de unas dos semanas de edad, a orillas del río Uyandina en Siberia. Por su estado de conservación en el hielo, estos hermanos, que vivieron hace unos 12.000 años, son los ejemplares mejor conservados de esta especie jamás descubiertos. Los felinos extintos, presentados oficialmente esta semana en Rusia, son nuestros protagonistas de #Cienciaalobestia.
Aún no tenían los dientes de leche, pero ya poseían robustas patas y afiladas garras como las que caracterizan a este tipo de felinos en la actualidad. Los dos cachorros de león de las cavernas (Panthera spelaea), llamados Uyan y Dean por sus descubridores –en referencia a su lugar de hallazgo– han permanecido durante miles de años en la misma postura cuando el suelo de la cueva en la que se encontraban colapsó y quedaron atrapados para siempre en una grieta del hielo.
Los pequeños leones de las cavernas, que medían 42 cm, conservaban casi intactos su pelaje, sus patas, la cola, las orejas, los ojos e incluso los bigotes
Las crías fueron encontradas el pasado mes de agosto a orillas del río Uyandina. Durante el verano el afluente sufrió una fuerte inundación, pero al volver a su estado original se produjo un colapso natural del suelo que dejó al descubierto zonas hasta ahora sin explorar.
“Es un hallazgo único”, han indicado los investigadores esta semana, durante la presentación oficial de los leones. Fue una empresa privada dedicada a la recolección de colmillos de mamut la responsable del descubrimiento. Pero al encontrar los cuerpos congelados no se supo de qué especie de felino se trataba. Para ello recurrieron a los científicos de la Academia de Ciencias de la República de Sajá en Yakutia (Rusia) quienes no tuvieron dudas.
Los pequeños leones de las cavernas, que medían 42 cm, conservaban casi intactos su pelaje, sus patas, la cola, las orejas, los ojos e incluso los bigotes. Hasta ahora, son los ejemplares mejor conservados que se hayan encontrado de esta especie. Según el examen preliminar realizado por Albert Protopopov, jefe del estudio de la fauna de mamut de la Academia de Ciencias, los animales tenían dos o tres semanas de edad cuando murieron.
Una vez rescatados los cuerpos de los leones se procuró mantener su estado de congelación para mejorar su preservación. Posteriormente fueron enviados a Yakutsk (capital de Saja) donde se tomaron las primeras muestras. Aunque la antigüedad no es aún definitiva, los expertos sugieren, gracias a hallazgos previos, que los felinos tienen unos 12.000 años de antigüedad.
“Pero con los análisis genéticos esperamos obtener información completa sobre el origen de los leones, su estilo de vida, su alimentación e incluso sus vínculos familiares”, han señalado los expertos. Uno de los ejemplares será diseccionado mientras que el otro se mantendrá en estado de congelación de manera permanente.
Lo que no sabemos aún de estos leones
Los leones de las cavernas del Pleistoceno toman vida en nuestra imaginación a través de las ilustraciones realizadas a partir de cráneos y otros huesos del esqueleto de este carnívoro. Las reconstrucciones muestran que se trataba de un gran animal de tamaño similar al actual tigre siberiano (Panthera tigris altaica) que mide más de un metro de altura hasta la cruz y entre dos y dos metros y medio de longitud (más una cola de un metro).
El felino extinto, uno de los mayores depredadores de la Edad de Hielo, estaba adaptado a vivir en climas fríos
El felino extinto, uno de los mayores depredadores de la Edad de Hielo, estaba adaptado morfológica y fisiológicamente a vivir en climas fríos. Para sobrevivir a estas temperaturas, el león de las cavernas tuvo que tener una piel muy gruesa, y sus orejas y su cola pudieron ser más cortas que la del león africano moderno.
Pero “con la información que tenemos sobre esta especie solo hemos podido especular porque hasta ahora no había habido hallazgos de fósiles de león que aporten más evidencias”, ha apuntado Gennady Boeskorov, investigador del departamento de mamuts de la academia rusa.
Además de proporcionar nuevos datos sobre la especie, el estudio de los cachorros de león ayudará a descubrir bacterias antiguas y microorganismos “amantes del frío” (psicrófilos), para posibles aplicaciones en la agricultura y de utilidad en el medio ambiente.