España ha sido durante mucho tiempo un destino favorito para las superproducciones de Hollywood, gracias a su diversidad de paisajes y su rica historia. Desde la Plaza de España en Sevilla, que apareció en “Star Wars: El Ataque de los Clones”, hasta las localizaciones de “Juego de Tronos” en Osuna (Sevilla) y Gaztelugatxe (Bizkaia), y el reciente rodaje de la última película de Wes Anderson en Chinchón (Madrid), España ha sido el telón de fondo de numerosas escenas icónicas. Sin embargo, un hecho menos conocido es que la serie de películas de Indiana Jones también encontró un hogar en España, específicamente en un aeródromo abandonado.
El Aeródromo de Cortijo Grande en Turre, Almería, fue uno de los lugares de rodaje para la serie de Indiana Jones. Este complejo, ahora abandonado, fue creado por los hermanos estadounidenses Paul y Rick Polansky, quienes huyeron de la guerra de Vietnam en los años 60 y se establecieron en la localidad almeriense. Allí, crearon un campo de golf, que todavía está en funcionamiento, aunque reducido, y el aeródromo para sus clientes, que finalmente fracasó.
Steven Spielberg, el director de la serie de Indiana Jones, descubrió este lugar en 1987 mientras rodaba “El Imperio del Sol”. Aunque la película se rodó principalmente en Trebujena, Cádiz, que se hizo pasar por China, Spielberg decidió utilizar el Aeródromo de Cortijo Grande como parte de la logística de la película. Fue allí donde comenzó a idear la tercera película de Indiana Jones, “La Última Cruzada”.
Además de Estados Unidos, Jordania, Italia y Alemania, Spielberg eligió varios lugares de Andalucía para las aventuras del mítico arqueólogo, como Guadix (Granada), el desierto de Tabernas y Rodalquilar (Almería), y Granada.
El Aeródromo de Cortijo Grande se utilizó como centro de operaciones para la escena del túnel en la que un caza nazi perseguía a Indiana Jones y a su padre por aire y mar. También sirvió como lugar para aparcar las maquetas y recibir a los aviones que grabaron la persecución aérea. A pesar de su estado actual de abandono, el aeródromo sigue siendo un testimonio del legado cinematográfico de España.