El arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, ha bendecido hoy, 6 de diciembre, la exposición benéfica de 1.300 belenes elaborados con materiales de deshecho por el fraile capuchino Conrado Estruch, de 86 años. Osoro ha afirmado que el fraile capuchino Conrado Estrcuh, de 86 años, “es una de esas personas de las que se sirve Dios para decirnos a los demás por dónde ir en la vida”.
En la misa que ha presidido antes de bendecir la muestra de belenes, el arzobispo ha dado en su homilía gracias a Dios por fray Conrado y por su forma de “hacer algo bellísimo como el belén de lo que nosotros tiramos o desperdiciamos”. Los nacimientos son una “señal de lo que Dios nos pide para cambiar esta historia, y para que edifiquemos nuestra casa, nuestra vida, sobre roca”.
“Aquí Dios, en este momento excepcional y único, ha querido poner una señal, a través de una persona, fray Conrado, con sus ocupaciones y preocupaciones, para indicarnos que lo mismo que Él se rebajó para hacerse hombre y, desde su nacimiento, ayudarnos a todos, en especial a los que más sufren, nosotros tenemos que seguir ese mismo camino y entregarnos en persona a quienes más lo necesitan”, ha indicado el prelado en referencia, también, a las más de 200 familias necesitadas a las que van destinados los donativos que se consigan con los belenes.
Finalmente, monseñor Carlos Osoro ha expresado que la iniciativa de fray Conrado con sus belenes, poniendo en el centro a Cristo ya desde el nacimiento “es muy importante para la archidiócesis y, también, para mí mismo como arzobispo, porque me indica hacia dónde dirigir mi vida y mi ministerio episcopal, y sé que lo que no puedo hacer yo lo hace fray Conrado”.
En el momento de las ofrendas, el fraile capuchino ha llevado al altar un belén elaborado por él.
Concluida la eucaristía, el prelado ha bajado al sótano del convento, ubicado en la calle Cirilo Amorós, 67 de Valencia, donde ha bendecido todos los belenes expuestos.
Este año, la muestra incluye nacimientos elaborados con diferentes tipos de materiales de desecho, como juguetes estropeados, maderas rotas, máquinas de escribir abandonadas, alpargatas, calabazas deshechas, así como restos de material tecnológico en desuso, como ordenadores, radios o teléfonos móviles.
La muestra, ubicada en el convento capuchino de San José de la calle Cirilo Amorós 67 de Valencia.La exhibición, que este año cumple su 18 edición y en la que colabora el grupo de Amigos de San Antonio, permanecerá abierta hasta que queden belenes en horario de mañanas, de 11 a 13 horas y, de tardes, de 17 a 19 horas.
Los visitantes de la exposición de belenes pueden adquirir los nacimientos a cambio de un donativo, que será destinado a la atención de las necesidades de más de 200 familias valencianas sin recursos, a la Casa Cuna Santa Isabel, al Cottolengo del Padre Alegre, a la asociación para la Defensa de la Vida Provida y a misioneros de la orden capuchina en Somalia, Guinea Ecuatorial, Bolivia, Colombia y Honduras.
VLC Ciudad/Redacción