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Una exploración arqueológica submarina que desafía la historia y los mitos
La sede de La Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía se convirtió en el epicentro de un debate apasionante y controvertido a mediados de julio, al acoger el tercer curso de verano sobre la Atlántida. Este curso, que reunió a geólogos, arqueólogos, antropólogos y filólogos, se centró en la posible realidad histórica detrás del mito de la Atlántida, y presentó hipótesis variadas sobre su ubicación. Desde las Islas Azores hasta el parque de Doñana, la búsqueda de la ciudad perdida ha capturado la imaginación de muchos. Una de las teorías más recientes y controvertidas es la presentada por el documentalista Michael Donnellan, quien sugiere que los restos de Atlantis podrían yacer bajo las aguas costeras de Sanlúcar de Barrameda.
Un proyecto multidisciplinario en la costa de Cádiz
Donnellan, quien estudió arqueología en Grecia y tiene una amplia experiencia en la industria audiovisual estadounidense, se trasladó a Sanlúcar de Barrameda en 2019 para llevar a cabo su investigación arqueológica. Su trabajo ha culminado en una serie documental titulada “Atlantica”, que propone que a unos cuatro kilómetros de la costa se encuentran los restos de Atlantis, tal como fue descrita por Platón: una ciudad que desapareció en un solo día y una noche aciaga.
La tecnología al servicio de la arqueología
El uso de tecnologías avanzadas ha sido fundamental en esta búsqueda. Donnellan se asoció con Merlin Burrows, una empresa especializada en imágenes por satélite, que proporcionó herramientas como el sónar y el LiDAR. Estas tecnologías permitieron a Donnellan y su equipo localizar y analizar restos arqueológicos con una precisión que no está al alcance de muchas universidades. “Es la primera parte del proceso”, explica Donnellan, “luego hay que bajar al terreno y comprobar lo que se ve”.
El equipo detrás de “Atlantica”
El proyecto “Atlantica” cuenta con un equipo diverso y altamente especializado. Entre ellos, se encuentra Digby Stevenson, un arqueólogo especializado en la Edad de Bronce y la Península Ibérica de la University College of London, y Geoffrey Tassie, un profesor de egiptología de la misma institución. La participación de Timothy Akers, historiador marítimo y responsable de investigación de Merlin Burrows, fue crucial antes de su lamentable fallecimiento. Además, el equipo incluye buzos profesionales como José Manuel Ávila y Tete Fernández, quienes han sido esenciales para las inmersiones y el análisis de los hallazgos submarinos.
Los hallazgos submarinos
Donnellan y su equipo han realizado más de medio centenar de inmersiones, utilizando un mapa de coordenadas GPS y trabajando en cuadrículas específicas. Uno de los primeros hallazgos que captó su atención fueron unos muros gigantescos con forma circular. “Cuando los ves, piensas de inmediato: ¿qué carajo es?”, recuerda Donnellan. Aunque al principio hubo escepticismo sobre si los hallazgos eran naturales o artificiales, las imágenes compartidas con arqueólogos como Mercedes de Caso Bernal confirmaron que se trataba de estructuras artificiales.
El escaneado del lecho marino
En 2022, el equipo decidió escanear el lecho marino con tecnología de ecosonda multihaz. Los resultados mostraron una zona muy amplia con una multitud de estructuras, que difícilmente podrían ser naturales. Estas estructuras se encontraban a veinte metros de profundidad y presentaban una antigüedad estimada entre diez mil y veinte mil años, alineándose con las fechas propuestas por Platón para la Atlántida. Los muros circulares concéntricos y las edificaciones en paralelo sugieren que se trata de una ciudad con canales, coincidiendo con la descripción platónica.
Las críticas y la validación académica
El descubrimiento de Donnellan ha suscitado tanto interés como controversia. Claudio Lozano, uno de los ponentes del curso de verano en La Rábida, ha argumentado que los hallazgos son simples formaciones naturales. Sin embargo, Donnellan defiende la validez de su trabajo y critica la postura de Lozano como mal informada. “Hay muchas personas en la arqueología que sienten envidias o se ofenden fácilmente”, comenta Donnellan.
El futuro de “Atlantica”
El proyecto “Atlantica” no solo busca validar sus hallazgos a través de la serie documental, sino también mediante publicaciones académicas. Tanto Digby Stevenson como Mercedes de Caso están trabajando en papers que se publicarán en 2025. Donnellan espera que estos trabajos académicos, junto con la visibilidad proporcionada por el documental, legitimen su descubrimiento.
Implicaciones y apoyo local
El equipo ha registrado sus hallazgos en la Junta de Andalucía y está abierto a colaborar con las autoridades locales para explorar más a fondo el sitio. Donnellan subraya la necesidad de una investigación no invasiva y espera que el descubrimiento sea reconocido como un hallazgo arqueológico significativo.
¿Qué opinas sobre la búsqueda de la Atlántida? ¿Crees que es posible que la ciudad perdida esté realmente sumergida en la costa de Sanlúcar de Barrameda?