El Día de los Inocentes es una fiesta que se celebra en algunos países de América Latina, principalmente en Colombia, el 28 de diciembre. Esta fiesta tiene una tradición similar a la del Día de los Santos Inocentes en España y algunos países de Europa, que se celebra el 28 de diciembre también.
En el Día de los Inocentes, las personas suelen hacer bromas y chistes a sus amigos y familiares. Muchas de las bromas son de carácter inocente y son simplemente para divertirse y pasar un buen rato. Algunas bromas pueden ser más elaboradas y tener un tono más juguetón o burlón. En cualquier caso, se trata de una fiesta en la que se celebra la alegría y la diversión, y se recuerda a los Santos Inocentes, que según la Biblia fueron niños asesinados por el Rey Herodes en su intento de matar al niño Jesús.
En resumen, el Día de los Inocentes es una fiesta en la que se celebra la alegría y se hacen bromas y chistes a los amigos y familiares, y se recuerda a los Santos Inocentes.
¿Por qué el 28 de diciembre? El vínculo con la Navidad
La Iglesia latina, según la Enciclopedia Católica, instituyó la celebración en una fecha que no se conoce con exactitud pero que tuvo lugar entre finales del siglo IV y finales del siglo V. En otras palabras, la celebración de los Santos Inocentes tiene más de 1.500 años de historia.
La fecha del 28 de diciembre no está vinculada a los hechos narrados en la Biblia —donde no hay referencias cronológicas exactas— sino a la celebración de la Navidad.
El objetivo era que la conmemoración de los Santos Inocentes quedara enmarcada dentro de la “octava de Navidad”, el período de ocho días en el que se celebra el nacimiento de Jesús, en el entendido de que los niños a los que Herodes mandó matar, para la visión cristiana, dieron su vida por el mesías.
(La fecha de la Navidad, por cierto, tampoco está vinculada a la cronología de los hechos. Aquí la explicación)
“La Fiesta de los Locos”
Para la Edad Media, la celebración del Día de los Inocentes coincidía con un festival popular llamado “Fiesta de los Locos” en el que se elegían un papa u obispo de broma y en el que se parodiaban los rituales eclesiásticos, según la Enciclopedia Britannica.
En el marco del Día de los Inocentes “los padres abdicaban temporalmente de su autoridad” y “en conventos y monasterios, se permitía a las monjas y monjes más jóvenes actuar como abadesa y abad por un día”, dice la Enciclopedia.
Las fiestas, que en su origen probablemente había sido una adaptación de la famosa Saturnalia del Imperio romano, se convirtieron en una “burla de la moral y el culto cristiano”, explica la enciclopedia, que perduró hasta el siglo XVI pese a las sanciones de la Iglesia.