El jefe del Comité de Seguridad de la provincia septentrional de Nínive, Mohamed al Bayati, explicó que los extremistas destruyeron totalmente el edificio y las torres de la prisión de Badush, ubicada a unos 15 kilómetros al oeste de Mosul, la capital de la provincia.
Entre el gran número de presos trasladados porel Estado Islámico en vehículos a Al Raqqa, se encontrarían soldados iraquíes que los yihadistas capturaron en el asalto al cuartel militar de Spiker, ubicado en la provincia de Saladino, añadió la fuente.
En ese ataque, el Estado Islámico ejecutó a decenas de soldados destacados en esa base aérea, ubicada en el norte de Tikrit, tras haberse hecho con el control de esa ciudad cinco días antes.
El Estado Islámico capturó la cárcel de Badush el 9 de junio pasado y liberó a más de 3.000 presos, entre ellos cabecillas de la organización, y además ejecutó a más de 550 reos chiítas.
La destrucción de esa prisión se produce después de que el jueves pasado el grupo extremista hiciera explotar una veintena de viviendas de miembros del Ejército y la Policía iraquíes y de la minoría religiosa shabak en Mosul.
Todas estas viviendas se encontraban vacías, ya que sus habitantes habían huido de la represión o habían sido asesinados por el Estado Islámico, que comenzó a volar con explosivos las casas de estos dos colectivos y de otras minorías étnicas y religiosas, como los cristianos y los kurdos.
Desde que el Estado Islámico ocupó en junio pasado Mosul, la segunda ciudad en importancia de Irak, sus combatientes se han extendido rápidamente por amplias zonas del norte del país, lo que ha forzado a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares.
El Frente al Nusra, rama siria de esa red terrorista, tomó este lunes el control de una importante base del Ejército en la provincia de Idleb (noroeste), tras una ofensiva de 24 horas, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
El grupo, ayudado por la brigada islamista Jund al Aqsa, logró apoderarse de puntos de control y posiciones de la base de Wadi al Deif, en la ciudad de Maaret al Naamane, precisó el OSDH, que se basa en una amplia red de militantes y fuentes médicas.
Esta victoria deja en manos del Frente al Nusra la mayor parte de la provincia de Idleb, fronteriza con Turquía, y supone una nueva demostración de fuerza de Al Qaeda.
Los rebeldes de la oposición siria, que buscan la salida del presidente Bashar al Assad, mantuvieron durante dos años el campo de Wadi al Deif bajo asedio, pero no lograron arrebatárselo a las tropas gubernamentales.
Durante su ofensiva contra la base, el Frente al Nusra “usó tanques y otras armas pesadas que arrebataron el mes pasado al Frente Revolucionario Sirio”, apoyado por los occidentales, señaló a la agencia AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
El Frente Revolucionario fue vencido por los combatientes de Al Nusra en Idleb, un revés para Estados Unidos, que busca entrenar a una fuerza rebelde moderada capaz de contrarrestar a los yihadistas.
La provincia de Idleb fue una de las primeras cuyo control perdió el Gobierno, poco después de la revuelta de 2011 contra Assad.
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