El incendio forestal que azota Montitxelvo desde el jueves continúa su avance devastador, consumiendo ya 2.580 hectáreas y extendiéndose a lo largo de un perímetro de 38 kilómetros. A pesar de los esfuerzos incansables de los equipos de emergencia, el fuego sigue activo, desafiando las operaciones de extinción y poniendo en alerta a la comunidad valenciana.
La lucha contra las llamas en Montitxelvo se ha intensificado con la movilización de aproximadamente 300 efectivos pertenecientes a diversos cuerpos y servicios de emergencia. La estrategia de contención se ha visto apoyada por la intervención de cuatro medios aéreos que han sobrevolado la zona durante el día, realizando descargas de agua en un intento por sofocar el fuego.
La magnitud del incendio, con un perímetro que ya alcanza los 38 kilómetros, plantea un desafío logístico y operativo significativo. Los equipos en tierra trabajan sin descanso para establecer cortafuegos y evitar la propagación de las llamas a zonas habitadas y áreas de valor ecológico. Mientras tanto, la comunidad local se mantiene en vilo, con la esperanza de que no se produzcan daños personales ni pérdidas de viviendas.
El incendio de Montitxelvo es un sombrío recordatorio de la vulnerabilidad de nuestros ecosistemas y de la necesidad de una gestión forestal y de emergencias eficaz. La prioridad inmediata sigue siendo la extinción del fuego y la seguridad de las personas en las áreas afectadas. Este evento también subraya la importancia de la prevención y la preparación ante incendios forestales, especialmente en un contexto de cambio climático que aumenta la frecuencia e intensidad de estos desastres naturales.