Tras más de 45 minutos de viaje hacia el hospital en las afueras de Houston, Estados Unidos, la madre ya no pudo soportar las contracciones y el niño nació. El padre filmó todo con su celular mientras conducía
“¡Oh, mi Dios! ¡Oh, mi dios! ¡Rompí fuente (bolsa de aguas)! ¡Rompí fuente! Por favor, quédate ahí. No puedo hacerlo. No puedo, no puedo”, la mujer estaba desesperada. Los minutos pasaban, la clínica a la que iban seguía lejos y el bebé estaba cada vez más cerca.
El padre iba manejando en un estado de pasmosa tranquilidad. Intentaba calmarla, pero no había mucho que pudiera hacer.
“¡Está saliendo! ¡Sácame el cinturón! ¡Dios, el bebé está afuera! ¡Acabamos de tener un bebé!¡Es un niño! ¡Es un niño!”, la mujer no podía creerlo.
Era su tercer hijo, el primer varón. Pero ninguna de sus hijas anteriores habían nacido en condiciones tan extremas. “Oh mi dios, acabamos de tener un bebe en el auto”, dijo.
De pronto, volvió a desesperarse. “¡No está respirando! ¡No está respirando!”, gritó.
Pero entonces sí su pareja logró contenerla. “Sí esta respirando. Si llora es porque está respirando”, le dijo.
Al final, la madre sólo podía repetir una cosa. “Eres hermoso. Eres hermoso”.