El Péndulo | Redacción.- La subdirección de Conservación, Restauración e Investigación IVC+R de CulturArts presentó ayer, en la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Bocairent, la restauración de tres lienzos de Pedro Salvador titulados: San Roque, Santo Tomás de Villanueva y San Antonio de Padua, que forman parte del Museo Parroquial de Bocairent.
A la presentación asistió la Subdirectora de CulturArts IVC+R, Gemma Contreras; el alcalde de Bocairent Josep Vicent Ferre; el párroco de la localidad, Benjamin Fayos Olivares; la Jefa de sección de pintura de caballete del IVC+R, Fanny Sarrio y el Coordinador de Bellas Artes del IVC+R, José Ignacio Catalán.
El Museo Parroquial de Bocairent atesora obras de gran calidad pictórica, con obras de artistas de gran renombre que fueron contratados para decorar la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.
Los tres cuadros restaurados, que llevan por título: San Roque, San Antonio de Padua y Santo Tomás de Villanueva, junto a los lienzos titulados San Luis Obispo, San Andrés, San Esteban, la Visitación, Santa Bárbara y San Vicente Mártir forman parte de la serie de lienzos que pintó Pedro Salvador para servir de puertas protectoras para el retablo mayor pintado por Joan de Joanes para la Iglesia parroquial bocairentina. Las pinturas fueron encargadas a mediados del Siglo XVII, según se refleja en el documento transcrito y recogido por el Barón de Alcahalí en su obra “Diccionario biográfico de artistas valencianos” y son un excelente testimonio del quehacer pictórico de este casi desconocido artista.
Las obras presentaban un estado de conservación bastante deficiente tras ser utilizadas como puertas del retablo, estas fueron desmembradas pasando las pinturas a decorar la iglesia. En origen todas las pinturas tenían el mismo tamaño, pero algunas perdieron parte de sus dimensiones originales, como sucede con el lienzo de San Antonio de Padua, que presentaba un grave problema de humedad en un lateral que obligó en algún momento a mutilar parte del lienzo. De los tres lienzos restaurados, posiblemente en este es donde mejor se manifiesta la transición estética y plástica de los parámetros idealistas renacentistas al Barroco.
El soporte de las obras está constituido por un tejido de tafetán o “a la plana” de lino artesanal. Los daños más evidentes del perímetro de la obra son causados por la composición material de celulosa de las fibras naturales, que con el tiempo se degradan por su oxidación e hidrólisis, y a los sucesivos cambios dimensionales. Provocando también craqueladuras y desprendimientos del tejido pictórico. Los daños más significativos del soporte correspondían a cortes, rasgados o perforaciones presentes en las tres obras.
En cuanto al bastidor, un elemento documental que se debe conservar siempre y cuando esté en buenas condiciones, en los tres casos no cumplía la principal función de conservación y tensión necesaria para la estabilización de las obras.
En lo referente al estrato de preparación, las preparaciones con almagra son altamente higroscópicas, muy vulnerables a la filtración de humedad, contaminantes y elementos que pueden alterar la pintura. Según los estudios del laboratorio de materiales, esta corresponde a un estrato compuesto de tierras basadas en aluminosilicatos y óxidos de hierro, calcita y minio.
La capa de la pintura se mantenía en peores condiciones que el resto de los estratos. Con numerosas pérdidas, craquelados y levantamientos.
Se detectaron en las tres obras, numerosas manchas por salpicaduras de aceite y parafina, algunas irreversibles. Aquellas filtradas a las capas más profundas, han modificado la estructura química del material, englobando los pigmentos y su aglutinante. Existían también desgarros, localizados, sobre todo en el perímetro de las obras.
La ausencia de barniz en las tres obras acusaba el aspecto grisáceo generalizado, por el depósito de suciedad ambiental acumulada, identificada como una capa con presencia de un compuesto de calcio y un compuesto de plomo.
Tras haber realizado el estudio documental, gráfico y científico de las obras, se procedió al desarrollo de propuestas e hipótesis de intervención por parte del equipo responsable del IVC+R. Se buscaron respuestas a los problemas conservativos que presentaban las pinturas, siendo testadas y valoradas cada una de ellas.
El proceso de intervención se ha llevado a cabo en diferentes fases. Una primera intervención del soporte ha sido una consolidación del estrato pictórico en mesa de baja succión, mediante impregnación con una solución de resina acrílica termoplástica. Se realizaron también en el soporte suturas de hilos en desgarros y rasgados e injertos en las zonas vacías de tejido. También se aplicaron en los perímetros de la obra bandas perimetrales para su adaptación al nuevo bastidor con sistema móvil.
El siguiente proceso de intervención fue la limpieza físico-química de la película pictórica para la eliminación de depósitos superficiales y algunas zonas puntuales con repuntes. También se llevaron a cabo una limpieza mecánica para eliminación de depósitos como ceras y salpicaduras de aceite. Las pérdidas de estrato pictórico se llevaron a cabo con un estuco de naturaleza orgánica.
La siguiente fase fue de reintegración cromática de las pérdidas del estrato pictórico. Se realizaron dos fases: una primera con colores al agua como color de base y la siguiente de retoque con colores al barniz para construir matices y veladuras próximas a la superficie original.
Como proceso de intervención final un primer barniz de resina natural dammar y un segundo barniz de resina sintética de bajo peso molecular.