Con la información sobre una empresa recién nacida, se puede predecir su evolución. A partir de esta idea, dos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts han elaborado un mapa de los puntos calientes de las start-ups en California. Funcionan mejor las empresas cuyos nombres no hacen alusión a sus fundadores, y la calidad empresarial se concentra alrededor de los centros de investigación.
Como explica el mexicano Jorge Guzmán, la posibilidad de usar registros de actas constitutivas de empresas para estimar su crecimiento surgió en el verano de 2013. “Aunque se sabe que las empresas varían en calidad, no ha existido una forma sistemática de caracterizar la calidad de nuevas empresas y aplicarla a la investigación. Por lo tanto, la mayoría de los estudios hasta hoy se han enfocado en la cantidad de empresas generadas, muchas veces usando solo un subgrupo como la cantidad de empresas en capital de riesgo o venture capital”, detalla a Sinc el investigador.
El modelo que han propuesto se basa en tres ideas interrelacionadas. En primer lugar, constituir la empresa es un requerimiento práctico para cualquier emprendedor que quiera crecer.
Segundo, ya desde su registro es posible observar características de la empresa relacionadas con la capacidad para crecer, como, por ejemplo, la explotación de patentes o el tipo de empresa.
Y, por último, es posible observar el crecimiento de las empresas varios años después y estudiar la relación entre las características cuando fue creada y en el momento de su éxito.
Es posible observar características de la empresa en su nacimiento relacionadas con su capacidad para crecer
“A partir de estas ideas, creamos un modelo para predecir el crecimiento de una empresa nueva, dadas sus características al ser creada”, recuerda Guzmán, quien señala que han analizado aspectos como el nombre del negocio, cómo ha sido registrado o si se asociaba con grupos industriales de alta tecnología.
Silicon Valley, poca cantidad pero alta calidad
A través del modelo los investigadores han elaborado un mapa de California en el que se observan los puntos calientes de la calidad empresarial en este estado.
“Tres resultados son particularmente importantes”, continúa Guzmán. Primero, “haber creado una metodología que permite estimar la calidad del emprendimiento a cualquier nivel de agregación usando solo información pública”. Segundo, mostrar “cómo esta metodología puede usarse para analizar la geografía del emprendimiento y encontrar que Silicon Valley tiene una alta calidad de emprendimiento, pero no una alta cantidad”.
El mapa elaborado ha puesto de manifiesto algunos patrones interesantes. Por ejemplo, en Silicon Valley se registraron un 60% más de eventos de crecimiento empresarial de los previstos, mientras que Los Ángeles tenía un 13% menos de lo pronosticado.
Sobre la relación entre el nombre de una empresa y su éxito hay resultados llamativos. Funcionan mejor los nombres que no hacen alusión a sus fundadores, y si incluyen términos relacionados con las tecnologías.
Las corporaciones tienen seis veces más probabilidades de crecer que las empresas que no se han incorporado a un grupo. Además, en todas las regiones, la calidad empresarial se concentra alrededor de los centros de investigación, como las universidades y los laboratorios.
La cantidad de emprendimiento en una ciudad no tiene relación con la calidad
Finalmente, analizando todas las ciudades de California, “encontramos que la cantidad de emprendimiento en la ciudad (el número anual de empresas nuevas per capita) no tiene prácticamente ninguna relación con la calidad del emprendimiento”.
Las implicaciones de estos resultados son relevantes desde el punto de vista político, ya que “tienen el potencial de cambiar de manera importante la forma en la que se conceptualizan y se llevan a cabo las políticas públicas de emprendimiento”, concluye el experto.
Referencia bibliográfica
Guzmán, J. y Stern, S. (2015). “Where is Silicon Valley? Forecasting and mapping entrepreneurial quality”.Science, 347, 6222, 606-609. DOI 10.1126/science.aaa0201