El 4 de febrero pasado, un extraño suceso en Estados Unidos capturó la atención mundial. Un caza F-22 Raptor de las fuerzas aéreas estadounidenses derribó con un misil un presunto “globo espía” que, según se creía, el gobierno chino había lanzado días antes para recopilar información. El globo blanco había cruzado el país desde Alaska hasta Carolina del Sur. Al detectarlo, las autoridades decidieron derribarlo como medida de precaución. El caza F-22 lanzó un misil que destruyó completamente el globo, cuyos restos cayeron al vacío.
Durante meses, internautas y agentes gubernamentales han especulado sobre la verdadera naturaleza de este globo blanco que volaba lentamente por el cielo estadounidense. La teoría de que era un globo espía chino fue ampliamente aceptada. Sin embargo, ahora se ha revelado la verdad: el supuesto globo espía no estaba espiando nada.
Así lo declaró el general de brigada Pat Ryder en una rueda de prensa. Actuando como portavoz del Pentágono, afirmó que “nuestra conclusión es que no recogió (información) mientras transitaba o sobrevolaba Estados Unidos”. Ryder también aclaró que el “globo espía” no tenía dispositivos de transmisión.
El gobierno chino siempre insistió en que el globo no era una nave espía, sino un aparato civil de investigación que accidentalmente se había desviado de su ruta habitual. La situación tiene un tono humorístico evidente, ya que el gobierno decidió derribar el objeto antes de verificar qué era realmente. En las redes sociales, especialmente en Twitter, el evento fue seguido por miles de usuarios que reaccionaron con memes a lo que ocurría en el país norteamericano.
Las autoridades estadounidenses no han hecho más declaraciones al respecto, pero queda claro que, como se suele decir, “rompieron un huevo con un mazo”, ya que se trataba de un objeto inofensivo. Sin embargo, esta reacción tiene una razón de ser, más allá de cualquier broma. ¿Por qué la Casa Blanca decidió derribar el supuesto “globo espía” con un misil? Para enviar un mensaje a su adversario directo. Estados Unidos y China están inmersos en una carrera armamentística, que incluye hasta armas láser. También es una competición comercial por los mercados mundiales. El “enemigo” del país norteamericano ya no es la vieja Rusia, sino la moderna China.
Debido a las tensiones de los últimos años, Estados Unidos usó el incidente del globo para enviar un mensaje a su contrincante asiático: no se permitirá ninguna clase de injerencia en Estados Unidos. Sin embargo, todos estarán de acuerdo en que la respuesta fue excesivamente contundente.