Un artista de Jaén asegura que la icónica banana pegada con cinta, vendida por seis millones de euros, es en realidad una copia descarada de una de sus obras. Entre celofán, cintas adhesivas y huevos fritos, se desata la guerra artística más surrealista del año.
El plátano más caro del mundo y la indignación de un jienense
¿Quién iba a imaginar que un plátano pegado con cinta adhesiva pudiera desatar una tormenta mediática? Esto no es solo una broma de mal gusto (o un plátano muy pasado), sino una auténtica polémica artística. José Marchá, pintor de Jaén, ha denunciado públicamente en el programa TardeAR que la obra subastada en Nueva York por seis millones de euros es un plagio descarado de una de sus creaciones.
“Yo pinté ese plátano con cinta americana hace años. Es parte de mi catálogo, donde también tengo un huevo frito, unos ajos y más cosas que juego a pegar con cinta. Es mi estilo, mi sello personal”, afirma Marchá, visiblemente molesto.
Arte o marketing: ¿es posible plagiar una banana pegada?
La obra en cuestión, conocida como Comedian y atribuida al artista italiano Maurizio Cattelan, fue subastada por seis millones de euros y posteriormente devorada por el empresario chino que la compró. Sin embargo, según Marchá, el concepto del plátano pegado no es nada nuevo: “Ese estilo lo vengo trabajando desde hace tiempo. Lo que pasa es que algunos se creen que en Nueva York pueden inventar todo, y no es así.”
Marchá asegura que no se trata solo de una fruta y un trozo de cinta: “Es el relieve, la textura, el mensaje. Esto no es pegar cosas por pegar, es arte.”
El museo del pueblo: el refugio de la banana original
El pintor español ha guardado celosamente su obra, que nunca ha puesto a la venta. La razón es simple: la banana original está reservada para un museo que se está construyendo en su pueblo de Jaén. “Es mi legado, no quiero venderlo. En mi museo habrá espacio para todos mis trabajos: los ajos, el huevo frito, todo. Pero el plátano es la joya de la corona”, explica con orgullo.
En el programa, Marchá mostró su creación, que guarda un sorprendente parecido con la obra vendida en Nueva York. La cinta, la posición del plátano, todo parece calcado. “Es idéntico, no hay duda”, comentó un colaborador de TardeAR.
¿Arte o gastronomía?
La historia da un giro todavía más surrealista cuando se recuerda que el empresario chino que adquirió el plátano terminó comiéndoselo. “¡Eso ya es el colmo!”, exclama Marchá. “Encima de pagar seis millones, se lo zampa. Eso no se hace. Mi plátano está para admirarlo, no para desayunarlo.”
En redes sociales, las bromas no se han hecho esperar:
- “¿Es arte comestible o comida artística? Alguien acláreme este dilema.”
- “El verdadero arte está en cómo te comes un plátano de seis millones sin remordimientos.”
- “Espero que el chino al menos reciclase la cinta americana.”
¿Demandar por un plátano?
José Marchá no descarta llevar el asunto a los tribunales. Según él, cuenta con pruebas suficientes para demostrar que el concepto le pertenece. “Tengo un catálogo completo con obras que hice antes de que apareciera ese plátano en Nueva York. Si tengo que ir a juicio, lo haré. Esto es un plagio en toda regla”, afirma decidido.
Sin embargo, algunos expertos legales opinan que el caso no será fácil de ganar. “El problema es que es muy difícil demostrar la originalidad de una idea tan simple como un plátano pegado con cinta. Puede tratarse de una coincidencia artística, aunque ciertamente hay mucho parecido”, explica un abogado especializado en derechos de autor.
Reflexión final
La historia del plátano de los seis millones nos deja una reflexión sobre el arte contemporáneo: ¿dónde está la línea entre la genialidad y lo absurdo? Para José Marchá, está claro que su obra es original y merece reconocimiento. Para el resto del mundo, quizás esta sea solo una muestra más de lo surrealista que puede ser el mercado del arte.
Y tú, querido lector, ¿qué opinas? ¿Es este un caso de plagio artístico, una coincidencia o simplemente una broma del universo para recordarnos que incluso un plátano puede valer millones? 🍌🎨