Aurora Luna
Periodista y coach literario
Escrituracreativavalencia.com
Este puñal o esas balas y esos misiles son muy antiguos… La brutal decapitación del periodista estadounidense James Wright Foley a manos de la yihad en Siria ha traído a mi memoria dos cuentos sempiternos de Borges y, en mitad del calor, me ha recordado su teoría sobre la transmigración pitagórica de las armas.
En un cajón hay un puñal, y lo importante no es dónde se empuñe. Algunos padres de la violencia, como el fanatismo y el resentimiento, pueden sembrarse en cualquier parte, y ningún país está a salvo de ellos. El verdugo de hoy, sin ir más lejos, tiene acento inglés, reminiscencias de algún barrio multicultural de Londres o del sur de Inglaterra; y otra de las acérrimas seguidoras del sueño del la yihad quiere ser la primera británica que decapite a un infiel. Pero hay cientos de europeos, norteamericanos y australianos que se han sumado al contagio: el cáncer contra el que llaman a la actual cruzada Obama e Israel se ha extendido, y esto ha de ser motivo de reflexión para las sociedades occidentales.
Algunos padres de la violencia, como el fanatismo y el resentimiento, pueden sembrarse en cualquier parte, y ningún país está a salvo de ellos.
Un carcinoma muy violento amenaza con devorar a ese otro cáncer de la prepotencia y el egoísmo con el que los “países desarrollados”, que desde antiguo animan la estructura de metal, sueñan su sencillo sueño de tigre. Y en mitad de esta larga siesta los teletipos echan humo, desvelan que el puñal que asesinó a James Foley en Siria es el mismo que los misiles que estallan en Gaza e Irak o las balas que silbaron en Ferguson, y que hay a mano muchos otros ejemplos…
Con toda esta barbarie corremos el riesgo de insensibilizarnos, y no es sano ver tanta tele. Como antídoto a la sinrazón es preferible leer mucho a Borges, y leerlo con visión panorámica. Ciego ante el “In memoriam J.F.K.” o ante “El puñal” para el que los años pasan inútiles, el egoísmo humano perfecciona las armas y las justificaciones del crimen y no se ocupa tanto del crecimiento del alma. Pero es peligroso ignorar que la falta de empatía y justicia de ayer es siempre el caldo de cultivo del horror del mañana, y que a la intolerancia le gusta ir disfrazada.
…es peligroso ignorar que la falta de empatía y justicia de ayer es siempre el caldo de cultivo del horror del mañana.
Muere el verano mientras el puñal de la yihad, las balas de Ferguson o los misiles de Hamás, Estados Unidos e Israel continúan su proceso evolutivo sin que, por lo pronto, Borges pueda detenerlo. Y eso que ya dejó escrito que “en el alba del tiempo fueron la piedra que Caín lanzó contra Abel” y que serán “muchas cosas que hoy ni siquiera imaginamos y que podrán concluir con los hombres y con su prodigioso y frágil destino”.