El Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana incorpora a la programación del Museo de Bellas Artes de Valencia la exposición ‘Redescubriendo al pintor Antonio Cortina 1841-1890’, artista natural de Almácera muy apreciado en su época, cuya silueta ha ido difuminándose con el devenir de los años.
La directora del Museo de Bellas Artes de Valencia, Paz Olmos, presentó esta mañana la exposición, acompañada por la comisaria de la muestra, Elvira Mas y la biznieta del artista, Francisca Cortina.
Con esta exposición el Consorcio de Museos recupera la obra de un pintor del siglo XIX, Antonio Cortina, poco conocido en la actualidad y sin embargo admirado por sus compañeros de profesión: Joaquín Sorolla, Ignacio Pinazo, Emilio Sala, entre otros, al que consideraron como un maestro y trataron de conseguir que se reconociese el importante papel que jugó como uno de los regeneradores de la escuela valenciana.
La exposición muestra un total de 37 obras, 28 óleos y 9 dibujos. Del Museo de Bellas Artes se muestran 7 obras, que han sido restauradas expresamente para la exposición por CulturArts IVACOR, además de mostrar por primera vez la obra ‘Cabeza de El Salvador’, boceto para la desaparecida Iglesia de San Bartolomé, adquirida recientemente.
Al mismo tiempo se exhiben otras piezas cedidas por distintos museos e instituciones españolas como el Museo Lladró, el Museo Sorolla o el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que ha cedido por primera vez una de sus piezas más emblemáticas, ‘El descanso de la modelo’, obra imprescindible de Cortina, así como de diversas entidades públicas y privadas, cuya localización ha sido posible gracias a un trabajo minucioso de investigación.
La directora del Museo de Bellas Artes de Valencia, Paz Olmos expresó su satisfacción por “dar a conocer al público una figura clave para el desarrollo del arte valenciano, una exposición que ha motivado asimismo seguir recuperando y poniendo en valor los fondos de pintura del siglo XIX que conserva el San Pío V”.
Por su parte la comisaria de la muestra Elvira Mas ha señalado que “con esta muestra, deseamos que la figura de Antonio Cortina vuelva a ocupar el lugar del que nunca debió ser desplazado y que al abandonar la exposición, el visitante piense como el crítico de arte, Jacinto Octavio Picón, cuando en su momento dijo que no apreciaba a Cortina, porque no le conocía”.
La exposición permite descubrir a un pintor con una gran maestría para la figura. Muestra de ello son los dos techos realizados para el hogar del fotógrafo Antonio García, suegro de Sorolla, ubicados en el Ateneo Mercantil de Valencia. Los problemas que plateaba su exhibición, así como la de otras obras también de gran formato, entre las que se encuentran las alegorías de ‘Las Bellas Artes’, ‘La Felicidad’ y ‘Las cuatro estaciones’, se han subsanado mediante la fotografía, técnica utilizada asimismo, para mostrar las decoraciones religiosas que aún persisten en las iglesias de Almácera, la Beneficencia de Valencia y de San Roque, en Oliva.
Además, se exhiben los bocetos de otros tantos edificios desaparecidos en la ciudad de Valencia, como la iglesia de San Bartolomé, de la que tan solo resta la torre, recayente a la plaza de Manises; el famoso Café de España, tan elogiado por Azorín y el Fum-Club, entre otros.
Completan la exposición dos audiovisuales con las obras que no han podido exponerse, especialmente los 199 dibujos inéditos que conserva el Museo Nacional de Cerámica de Antonio Cortina.
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