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El proyecto que lleva años en espera comienza a cobrar forma con la promesa de transformar la seguridad y la movilidad entre ambos municipios valencianos.
El reciente anuncio de la Generalitat Valenciana sobre la reactivación del proyecto de soterramiento de las vías de Metrovalencia en el tramo que conecta Burjassot y Godella ha despertado una oleada de expectativas en ambas localidades. Este proyecto, largamente demandado por los vecinos, se presenta como una solución clave para eliminar una barrera física y mejorar tanto la seguridad como la movilidad en la zona. Las vías, que han dividido urbanísticamente a estos dos municipios durante décadas, pasarán a ser soterradas, permitiendo además la creación de nuevas zonas verdes y espacios de esparcimiento.
El resurgir de una demanda histórica
La infraestructura ferroviaria en superficie entre Burjassot y Godella ha sido motivo de debate desde hace más de 20 años. A lo largo de los años, varias asociaciones vecinales han impulsado iniciativas para reclamar el soterramiento de las vías. Su principal argumento ha sido el peligro que suponen los pasos a nivel, especialmente para peatones y ciclistas, así como los inconvenientes derivados del ruido y la falta de continuidad entre los barrios.
El conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Martínez Mus, fue el encargado de anunciar la reactivación de este proyecto, que había quedado en segundo plano durante legislaturas anteriores. “Estamos dando un paso significativo para atender una reivindicación justa y necesaria. El soterramiento de las vías no solo garantizará una mayor seguridad, sino que permitirá conectar mejor a las dos localidades, con beneficios directos para la vida diaria de los vecinos”, señaló Martínez Mus.
Un nuevo impulso para la movilidad y la seguridad
El soterramiento de las vías no solo afectará positivamente a la seguridad, sino que también cambiará radicalmente la forma en que los residentes de Burjassot y Godella se mueven entre ambos municipios. En la actualidad, las vías ferroviarias suponen un obstáculo físico que obliga a peatones y vehículos a realizar trayectos más largos y, en muchos casos, peligrosos.
El proyecto contempla eliminar varios pasos a nivel, conocidos por su peligrosidad, y sustituirlos por alternativas más seguras y fluidas. Según los informes previos, el soterramiento también ayudará a mejorar el flujo del tráfico y reducirá las retenciones en áreas clave de ambos municipios. A su vez, la eliminación de las vías en superficie abrirá la puerta a una reorganización del espacio urbano, con la creación de nuevos parques y zonas peatonales, lo que contribuirá a mejorar la calidad de vida en la zona.
Los beneficios medioambientales del soterramiento
Una de las principales preocupaciones de la Generalitat en la planificación de esta obra ha sido garantizar que el proyecto sea sostenible desde el punto de vista medioambiental. El diseño del soterramiento busca minimizar el impacto ecológico y maximizar la reutilización del espacio ganado tras la retirada de las vías en superficie.
El conseller Martínez Mus subrayó que la intervención no solo mejorará la conectividad y la seguridad, sino que también permitirá la creación de corredores verdes y la plantación de nuevas zonas arboladas, lo que contribuirá a la lucha contra el cambio climático y a la mejora de la calidad del aire. “No se trata solo de mejorar el transporte, sino de crear un entorno más saludable para los ciudadanos”, afirmó el conseller.
El coste del proyecto y los plazos previstos
Aunque aún no se ha hecho pública la cifra total que supondrá el soterramiento de las vías entre Burjassot y Godella, fuentes cercanas a la Conselleria de Infraestructuras aseguran que será una de las obras más costosas en términos de transporte público de los últimos años en la Comunidad Valenciana. Se espera que el proyecto cuente con la financiación del gobierno autonómico, así como con fondos europeos destinados a mejorar la infraestructura ferroviaria y la movilidad sostenible.
En cuanto a los plazos, Martínez Mus se mostró prudente. La obra se desarrollará en varias fases, con la previsión de que los trabajos preliminares comiencen en el próximo año. A pesar del optimismo generado por el anuncio, las autoridades han enfatizado que es un proyecto de gran envergadura que requiere una planificación cuidadosa para minimizar las molestias a los vecinos y garantizar que el servicio de Metrovalencia no se vea afectado gravemente durante las obras.
Reacciones de los vecinos y autoridades locales
El anuncio de la Generalitat ha sido recibido con entusiasmo, aunque también con escepticismo por parte de algunos sectores. Los alcaldes de Burjassot y Godella han celebrado la decisión, calificándola de “histórica” y subrayando que era una demanda que lleva demasiados años pendiente de resolución.
Por su parte, los vecinos, si bien han manifestado su satisfacción, también han recordado que no es la primera vez que se promete una intervención de este tipo. “Ya hemos escuchado anuncios similares en el pasado, pero luego nunca llegaron a materializarse. Esperamos que esta vez sea diferente y que, por fin, se cumpla con lo prometido”, expresó un residente de Burjassot durante una asamblea vecinal.
La oposición política también ha manifestado su apoyo al proyecto, aunque con ciertos matices. Varios partidos han pedido más detalles sobre los plazos y la financiación, advirtiendo que es fundamental asegurar que no se produzcan retrasos o desviaciones presupuestarias que puedan afectar el éxito de la obra.
¿Una transformación urbana a la vista?
El soterramiento de las vías de Metrovalencia en el tramo Burjassot-Godella supone una intervención de gran calado que promete transformar significativamente la fisonomía de estos municipios y la vida diaria de sus habitantes. Además de mejorar la seguridad y la movilidad, esta obra tiene el potencial de revitalizar zonas que hasta ahora han estado degradadas por la presencia de la infraestructura ferroviaria en superficie.
Con la creación de nuevas zonas verdes, espacios peatonales y una mejor integración urbana, los vecinos de Burjassot y Godella pueden aspirar a un futuro en el que la convivencia con el metro sea mucho más amigable y segura. No obstante, queda por ver si el proyecto logrará cumplir con las altas expectativas que ha generado.
Reflexión final
¿Qué opinas sobre este tipo de proyectos de soterramiento en zonas urbanas? ¿Crees que realmente pueden mejorar la calidad de vida de los vecinos o piensas que los recursos podrían destinarse a otras áreas más prioritarias?