El cuerpo del actor Daniel Dicenta fue incinerado el pasado miércoles en Madrid. El actor valenciano falleció el 2 de septiembre en un hostal cercano a la plaza de Tirso de Molina (Madrid), donde se alojaba habitualmente. La regente del modesto hostal lo encontró sin vida en su habitación y los servicios de emergencia no pudieron hacer nada por su vida. Tenía 76 años, una larga carrera en el teatro y la televisión y deja dos hijos de su matrimonio con Lola Herrera, la popular Natalia, también actriz, y Daniel, fotógrafo.
Antes de la incineración de los restos mortales, se abrió el velatorio en el Tanatorio Parque San Isidro, en el que familiares y amigos dieron su último adiós al intérprete, entre ellos sus hijos Natalia y Daniel. Ambos fueron acompañados de su tío materno, y a su llegada recibieron el pésame de sus seres allegados.
Lola Herrera no acompañó a sus hijos en estos momentos tan duros. Se sabe que el día anterior, cuando se produjo el inesperado fallecimiento de su ex marido, la veterana actriz se encontraba en Bilbao interpretando la obra de teatro ‘En el estanque dorado’. Y entre los pocos compañeros de profesión que se aproximaron hasta al tanatorio, se pudo ver a Luisa Martín, y a Jordi Rebellón.
Nieto del dramaturgo Joaquín Dicenta, hijo del actor Manuel Dicenta y hermano por parte de padre del también actor Jacobo Dicenta, nació el 6 de noviembre de 1937 en Valencia. Desde muy joven se subió a los escenarios y cosechó grandes éxitos tanto en el teatro como en el cine y la televisión.
Participó en filmes emblemáticos del cine español como ‘El crimen de Cuenca’ y llenó teatros con emocionantes interpretaciones en obras de Buero Vallejo o Fernán Gómez. Sin embargo sus docenas de interpretaciones en los populares ‘Estudios 1’ no salvaron a Daniel Dicenta de un amargo ocaso.
SE DESPIDIERON DE ÉL FAMILIARES Y AMIGOS, ENTRE ELLOS SUS HIJOS NATALIA Y DANIEL
Hacía décadas que el actor no pisaba un escenario o un plató. En los últimos años se había dedicado al doblaje (fue la voz de Freddy Krueger), pero había tenido que recurrir a los servicios de la Fundación AISGE, organización que gestiona los derechos audiovisuales de los actores, para que le ayudaran a pagar sus gastos manutención y alojamiento.
Revista PM | EP