Valencia noticias | FEB Los triples de Llull, dos tapones de Pau Gasol, un parcial inicial de 8-2 y esas sensaciones que sabe transmitir España en los momentos trascendentales. Rostros concentrados, miradas fijas desde el himno hasta el juego, focalizadas en un guión de partido perfectamente diseñado, con defensas de cambios en los bloqueos directos de Spanoulis, con intervención de Claver en la posición de tres para intentar equilibrar ese desajuste provocado por la envergadura de Antetokoumbo y con irrupción de Sergio Rodríguez y su magia para liderar un segundo cuarto afrontado desde la igualdad de un marcador, escaso en puntos (14-14) que no correspondía a un juego inteligente por parte de los dos equipos.
Pero España en esa primera parte tenía en la pareja Bulls, Gasol – Mirotic una sociedad letal en las finalizaciones, en el caso de Pau continuando como un maestro los directos o incluso corriendo la pista por calle central confirmando que la línea recta siempre es la más rápida y Mirotic abriendo el ataque con sus triples, encontrando los espacios adecuados para convertir la defensa griega en una manta corta. Igualdad ficticia (20-18) resuelta desde la vuelta de Pau Gasol tras su descanso con parcial favorable de 19 – 12 que le llevaba al descanso con ventaja ilusionante de 39-30.
Pero Grecia llegaba al cruce cuartos imbatida en un campeonato durísimo y en el tercer cuarto expusieron una por una las razones del porqué de este rendimiento tan excelso. Ofensivamente aprecieron toda su gama de recursos, desde el talento de Spanoulis, la aparición de Printezis, la consistencia de Katathes… la versatilidad de Antetokoumbo y todos ellos junto a unos minutos desajustados de una España menos efectiva en defensa y menos acertada en ataque provocaban que el marcador se igualase primero y Grecia, aunque con diferencias mínimas tomara la iniciativa en el marcador. Pero ahí surgió la figura inmensa de Pau Gasol saliendo nuevamente al rescate con capacidad para anotar y junto a
Pau se unió un Felipe Reyes encargado de endurecer un partido que llegaba al minuto treinta con 55-57 en el marcador.
Con Claver de “tres” y con Felipe multiplicándose España mostraba un aspecto más contundente en defensa y desde la defensa – tres minutos de Grecia sin anotar – los contraataques y un 7-0 llevaba al luminoso un 62-57. El partido entraba en una fase dramática, una fase donde además del talento hacía falta la dureza, el cuchillo en los dientes, la fuerza del deseo. Y ahí España se puso el mono de trabajo, encontró en Claver el jugador ideal para frenar a Antetokoumbo, a Sergio Rodríguez el base adecuado para mandar en el ritmo. A tres minutos del final el marcador era de 66-60, a dos minutos 68-61… Grecia había anotado 27 puntos en el tercer cuarto y llevaba 4 en el último. Sergio Rodríguez anotaba uno desde el tiro libre… Grecia presionaba al límite… las semifinales estaban cerca y lejos a la vez, España perdía dos balones de oro, Kalathes acercaba a dos puntos a quince segundos, Sergio Rodríguez anotaba dos nuevos tiros libres en un partido interminable que Zisis igualaba aún más a cuatro segundos del final (72-71)… Pau Gasol (27 puntos) anotaba el tiro libre final y el último triple de Antetokoumbo desde medio campo volaba lejos del aro de un España clasificada para semifinales.