El fiscal anticorrupción, Pablo Ponce, dijo ayer, durante la lectura de sus conclusiones sobre el amaño del partido entre el Levante y el Zaragoza, disputado en 2011, que dicho encuentro fue un estafa y mantuvo las acusaciones de corrupción deportiva y falsedad documental, recayente la primera sobre los jugadores y los directivos, y la segunda solo sobre estos últimos.
En la sala Tirant Lo Blanc de la Ciudad de la Justicia de Valencia confrontaron sus criterios las tres acusaciones contra los 29 abogados de las defensas. Pese a la desproporción, el fiscal fue desgranando y rebatiendo uno a uno los argumentos esgrimidos durante el desarrollo del juicio por los defensores de los futbolistas, algunas no sin cierta sorna, como el «famoso» tiro al palo, que nunca existió, o el caso de un futbolista que se casa «y gasta menos, cuando cualquiera que se casa afronta más gastos que en otra época de su vida». Este comportamiento fue bastante habitual y el fiscal reparó en él al exponer, jugador por jugador, cómo a partir del mes de mayo de 2011 la mayoría de los jugadores del Levante dejaron de hacer extracciones de dinero del cajero, algunos incluso hasta el mes de octubre, e incluso hubo quien no solo no extrajo, sino que hizo ingresos.
El fiscal también tiró de sentido del humor cuando explicó el desarrollo del partido y dijo, respecto al lanzamiento de una falta por el Zaragoza, que «si el portero se pone más lejos de la zona por donde entró el balón, se sale del campo del Levante».
Por su parte, el abogado Francisco Martínez, que representa a La Liga como acusación particular afirmó que el equipo aragonés pareció aquel día la selección de Brasil en 1970 en un enfrentamiento que fue «una pantomima extraordinaria» y que, según su versión, fue amañado pues los jugadores del Levante recibieran 1,7 millones de euros.
En el turno del informe de la acusación que ejerce LaLiga, el letrado reiteró en varias ocasiones que el partido fue amañado y aseguró que ante el bajo rendimiento del Levante en ese último partido de la temporada 2010-11, el Zaragoza parecía el Brasil de 1970, en el que el histórico Pelé dirigió a su selección y logró el Mundial en México.
El abogado explicó que los futbolistas del Levante «manejaron los tiempos del partido a su antojo».