El Péndulo | Jimmy Entraigües.- Flavia Company visitó Valencia promocionando su nuevo trabajo literario: ‘Haru’ (Catedral, 2016). La obra va más allá del relato de una joven japonesa que inicia su camino de transformación en la disciplina del manejo del arco, es la construcción de un camino vital, de un profundo ejercicio de aprendizaje, que sacude al lector por su rica aproximación a un universo íntimo (de enorme valor espiritual) y personal.
Ya en una entrevista, realizada hace dos años a este medio, Company nos decía que: “… hay un hilo de plata que nos une a todos con todo y con todos…”, a raíz de la publicación de ‘Por mis muertos’, lo que sugiere que para la autora no solo hay una unidad expresiva en su corpus literario, sino que entiende que la vida se manifiesta más plena desde el desarrollo personal.
El Péndulo habló con Flavia Company para conocer más de cerca su universo literario y lo que significa esta novela en su labor creativa. Sus años de vida en Barcelona no han mermado el suave acento bonaerense de esta escritora hispano-argentina).
El Péndulo: Hay que reconocer que tanto la edición como el diseño del libro tienen un trabajo precioso. El diseño de la portada me hace recordar el modelo conceptual del arte de la ordenación floral tan reconocible en el universo japonés.
Flavia Company: Sí, es ikebana.
E.P.: Es toda una invitación y una propuesta ilustrativa del contenido.
F.C.: Sí, sí. Claro. Además quería que no contuviera ningún elemento que distorsionara la aproximación al libro. Digamos que no es lo suficientemente figurativo como para llevarte a un lugar, te da para indicarte muchas cosas, para ir a cualquier lado. La ilustración está basada en una fotografía de un artista muy interesante, llamado David Orr, y la cubierta es todo un diseño realizado por mi hermana pero…, el diseño del objeto es mío porque buscaba algo muy especial.
E.P.: En ‘Haru’ también se ve que en el paso a cada nuevo capítulo las letras están ordenadas al estilo japonés, es decir en vertical; es como si buscaras un ordenación visual muy pegada al mundo oriental.
F.C.: Sí, es así. La editorial me dijo: “¿cómo quieres que sea el libro?”, y…, yo pedí y me dieron todo. Incluso el corte del papel, que se nota que está cortado desigual, sólo lo hacen tres imprentas en toda España y…, pedir un libro con barbas es pedir mucho y tuve la suerte que el libro tuviera todo los elementos que deseaba. Además, me pareció que este libro era así o no era así y…, tenía que ser así como salió. El diseño del libro respeta lo que dice el libro y…, el libro dice que hay que hacerlo todo con amor, respetar los procesos y…, bueno, habla de muchas cosas.
E.P.: Pero eso responde también a tu propia manera de entender la vida y a tu propia manera de relacionarte con el mundo que…, entronca con el personaje de Haru.
F.C.: Sí, sí, por supuesto. Es un proceso. Haru es arquera, yo soy escritora pero es lo mismo.
E.P.: En la dedicatoria ya se avanza ese hecho.
F.C.: Sí. El arco es el camino de la escritura. El camino de lo que siempre pretendí y deseé, que es fundirme con la literatura. Ahí entra la desaparición del yo. Digamos que el disparo de flecha perfecto surge cuando la arquera se funde con el arco, el arco con la flecha, la flecha con el aire, el aire con la diana, la diana con la arquera y.., todo tiene una armonía tan determinada y tan única que no puede no ocurrir. Este libro no podía no ocurrir. No podía. Porque es el producto de la fusión de todos los elementos.
E.P.: Es decir, de una manera muy zen, las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir y en el momento que deben ocurrir.
F.C.: Efectivamente. Yo ambienté el tema en oriente porque hay varias tradiciones orientales combinadas que me pareció importante no limitarlas y…, sin embargo tengo una persona conocida, japonesa, que al verla por tercera vez, venía con el libro bajo el brazo, me dice: “mira, no puedo entender como una persona occidental haya escrito este libro. Este libro me recuerda a mi infancia, a los olores de mi vida, a mis padres, a los sabores de mi vida, a los paisajes de mi vida…, es un libro precioso”. Y me dijo una frase que, viniendo de una mujer japonesa es todo un halago. Me dijo: “este libro es un libro completamente zen. A lo mejor tú no lo sabes pero es como si lo hubiera escrito un maestro”. Bueno…, estas cosas pueden ser porque, a veces, la meditación lleva a estos resultados.
E.P.: Sabemos que te gusta el yoga y la meditación y quizás ‘Haru’ también sea el resultado de tu propia aproximación a la literatura de una manera profunda, espiritual en donde la palabra también tiene un poder de cambio interno y de sanación. Dicen que la palabra es también terapéutica en todos los sentidos.
F.C.: Mirá, la verdad es que el año pasado fui a la feria del libro de Toronto y me invitaron a un programa de radio muy importante, incluso fui algo nerviosa. Cuando llegué comenzó el programa y me relajé y…, me preguntaron es porqué escribía desde chiquitita y, esto entronca con lo que vos me estás diciendo. Y dije que el mundo no me gustaba como estaba y yo lo quería cambiar y…, yo creo más en las letras que en las armas y con ‘Haru’, después de leer la frase de la contracubierta (“Después de leer la historia de Haru, leerás tu vida de otra manera”), eso…, eso está pasando. Recibo cientos de cartas y de mensajes en Facebook de dejente que tras leer el libro su visión de las cosas ha cambiado. Mirá, el otro día me escribió una profesora de un instituto que diciéndome que le encantó y me comenta que le dijo a una de sus alumnas en clase, “¿por qué no te desprendes del orgullo que hace que culpes a los demás de lo que tú no tienes?, y…, me quedé pensado y diciendo pero… ¿esto no lo dije yo? Lo dice Haru. Si la ves por favor dale las gracias”. Así, como esta historia un montón.
E.P.: ¿Crees que cuando abordamos una historia como la de Haru es reconocer que hay una parte interior o espiritual que no reconocemos o no vemos? Es decir…, ¿en la literatura hay un espacio para una exploración más interna, de búsqueda de algo que trasciende lo físico?
F.C.: Bueno, eso es lo que siempre buscó la literatura clásica… La literatura, vamos
E.P.: ¿Qué defines como clásica? ¿A Dickens, a Cervantes, a …?
F.C.: Me refiero a toda la literatura que ha permanecido. Shakespeare, Borges, Dickens…, incluida la Biblia. Me refiero a la literatura que ha detectado lo que verdaderamente necesitaos los seres humanos para sentirnos menos solos, para sentirnos mejor… Esa es la literatura verdadera, la literatura catártica, lo demás no responde a un proyecto, responde a muchos proyectitos. Creo que la literatura es el resultado de una dedicación en cuerpo y alma de un artista, eso se reconoce como verdad. Es algo que sé y que descubrí como un proceso.
E.P.: El zen tiene la capacidad de cuestionar al propio zen al preguntarse si es el camino correcto. Todos conocemos muchas frases y comentarios zen ya se han convertido en slogan pero, en tu caso hay una camino ya iniciado y profundizado.
F.C.: Es que yo no parto de ahí, yo llegué ahí. Efectivamente el zen no es un punto de partida es un punto de llegada. Cuando estás allí es cuando te das cuenta del bien que hace iniciar el camino.
E.P.: ‘Haru’ es una iniciadora del camino.
F.C.: Es un libro de aprendizaje y hay una evolución determinada y es todo un recorrido por el camino de la vida.
E.P.: También poner en valor las filosofías orientales es como decir que los valores occidentales no son suficientes.
F.C.: Quizás porque lo que llamamos valores en Occidente no son valores. Son cosas que tienen precio. También es un símbolo haber tomado Oriente, por mi parte, ya que Oriente y Occidente representan los mundos enfrentados y son tú y yo y…, tú y yo somos diferentes pero tenemos más cosas en común que cosas que nos separan, ¿por qué no aprovechar el intercambio? Subyace en esta novela un planteamiento de vida y una propuesta de intercambios de mundos. ¿Por qué no nos miramos con curiosidad en vez de con rechazo? Hay que romper con el hecho de minimizar la diferencia y juzgarla.
E.P.: ‘Haru’ también es un recorrido interior, tanto del personaje como de la autora y…, del lector o lectora que esté dispuesto a encontrar un cierto modelo de tranquilidad.
F.C.: Mirá, vos caminas por esa línea en la que hacés coincidir pensamientos, palabras y actos, vos estás caminando hacia la serenidad y si estás caminando hacia la serenidad es porque estás caminando hacia otras muchas cosas que tienen que ver tener tu centro en vos, no depender de los demás y tener más capacidad de equidad, de tolerancia, de equilibrio interior. Haru es ese viaje y el que emprendí con la literatura.
E.P.: Flavia, como siempre es un gusto hablar contigo y gracias por darnos a conocer las claves que tu nuevo trabajo contiene.
F.C.: Gracias a vos y espero que libro llegue a los lectores con toda la intensidad que encierra y que compruebe que es sincero con la propuesta de la contraportada.