Decir el nombre de Alfonso Aragón es hablar de un ciudadano más pero si se dice que es lo mismo que decir ¨Fofito¨, es abrir las orejas y los ojos para ver y escuchar a uno de los grandes payasos del mundo y, encima, residente en España y hombre de mundo. Es, hoy día, el único que queda de los Payasos de la Tele: de Gaby, Fofó, Miliki y Fofito. Ahora está estos días en Valencia, en El Circ de Nadal, con su hija Mónica Aragón, una gran profesional y mujer, siendo parte del espectáculo que se desarrolla en el barrio de Campanar. Él ha tenido unos momentos para VLC Ciudad demostrando ser una gran persona con una gran humanidad y ser lo que es: un hombre que hace reír a los demás a pesar de todo y para todos.
Paco Varea. ¿Qué le pediría a los Reyes Magos?
Fofito. De momento, para empezar, que se terminarán las guerras. No me gustan. Huyo de las armas y de que maten a inocentes.
P. Podría enseñar la tabla del 9…
F. Pues sí, y darles una colleja para que se tranquilizaran, dejando de matar. Creo que debemos pedirles no pasar necesidades, no pasar hambre, no matarse los unos a los otros. Que se pueda hablar, que haya diálogo y se pueda arreglar el mundo.
P. ¿Es más gratificante que se acaben las guerras o ver la sonrisa de un niño?
F. Creo que parando las guerras se conseguirían muchas sonrisas, no sólo la del niño, sino la de la madre que ha perdido un hijo o la de un familiar que ha tenido un muerto o se ha disparado una pistola.
P. ¿ Cuántas veces has venido a Valencia? Esta última, ¿te parece como la primera o no piensas volver más?
F. Las veces que he venido a Valencia no las he llegado a contar pero sí tengo el recuerdo de la primera vez que vine. Fue al teatro con mis tíos Gaby y Miliki y mi padre Fofó y, claro está, Fofito; otra vez fue con las Falleras Infantiles, otra vez fue un premio muy bonito que le dieron a mi tío Miliki con una estatua, donde se ve al payaso rodeado de niños pidiéndole que no se retire. Han sido muchas veces. Lo que sí he notado es una Valencia donde me pierdo porque conocí una Valencia chiquitita y muy acogedora. Mira, ayer mismo fui a cambiar las ruedas al coche y, la verdad me pierdo, y tuve que preguntar por las avenidas y ha crecido desde que lo conocí por primera vez. Valencia ha crecido, como otros sitios en España, y cuando tardo en volver pues cambia. Es como cuando conocí Benidorm y eran cuatro casitas y ha crecido bastante. El otro día íbamos navegando mi hermano y yo y me dijo: ‘mira, eso es Torrevieja’ y le dije: ‘qué va, eso es Benidorm’ y me acercó con la barca, y era la Playa del Cura.
P. ¿Tenía casa en Torrevieja?
F. Si tuvimos. Miliki, compró un chalecito y un terrenito, y después se animó mi padre, compró un chalet cerca de Miliki y después vinieron mis hijas, y me dijo ‘te dejo ése’ y él se compró otro. Estuvimos allí durante mucho tiempo y luego lo vendimos.
P. ¿No le gustaría volver a Torrevieja?
F. Sí, claro, pero ¿sabes lo que pasa? Que no teniendo las propiedades… Puedes viajar más, que era lo que decía mi mujer, que por qué teníamos que ir todos los años a Torrevieja si podíamos viajar a Mallorca, Canarias, Marbella y dije: ‘pues tienes razón’.
P. ¿Y algún día volveréis por allí?
F. Sí, claro. Cuando hemos vuelto y he visto a mis amistades hemos estado con ellas además de haber vuelto a los chiringuitos donde comíamos y su peculiar forma de hablar parecido al ‘murcianico‘ y su forma de hablar al decir ‘tiene guistón’ o ‘chico’. En Valencia, en las primeras funciones, le dije a un espectador ‘Quillo, échame una mano’ y me dijo un compañero que aquí no se dice eso, eso se dice en Andalucía, aquí se dice ‘Che nano’, y claro, vas corrigiendo el guión, la forma de hablar de cada zona.
P. ¿Y los niños son distintos en Valencia?
F. No es ya el niño valenciano, sino el del mundo entero. Cuando comencé con mi padre y con mis tíos y mi padre, era más fácil hacer reír porque jugaban con un bate de béisbol y guante y aquí una muñeca y un balón y ahora el niño está navegando con las maquinitas como que ya sabe lo que hace con las cosas… Ya sabe lo que hace con las cosas.
P. ¿Cuándo lo ve con las maquinitas?
F. Hay niños que tienen vicio, pero cuando ven algo que les interesa, te lo digo por mis nietos, lo ponen y si no lo borran.
P. ¿Se os ha ocurrido un número con ese ambiente?
F. De momento no, pero si volvemos a Televisión y tenemos oportunidades de utilizar los medios informáticos actuales, sí se podría hacer uno para hacer reír y utilizar el sistema de hacer desaparecer y aparecer.
P. ¿Qué diferencias ves entre el circo del siglo XX y el del XXI?
F. El circo, mientras haya niños, no morirá. El circo se ha aprovechado de otros espectáculos para modificarse un poco. Me acuerdo que antes salía el presentador y no tenía micro y hablaba a gritos. Ahora en los espectáculos cada artista lleva su petaca y se puede escuchar al domador dando las órdenes a los animales y la gente escucha cómo se llama el animal y dónde lo manda. Con la iluminación, otro tanto de los mismo; ha ocurrido algo similar. Se ha cogido mucho del mundo de las discotecas o del mundo rock para resaltar al artista en la pista
P. ¿Qué va a hacer después de terminar con el Circ de Nadal?
F. Lo más cercano son los ensayos de una obra que vamos a presentar en el teatro en Madrid y, por eso, termino el domingo con el Circ de Nadal. Tengo una idea muy bonita sobre la mesa de un disco en el que quiero involucrar a cantantes que no hayan hecho nada sobre el mundo infantil para cantar conmigo. La recaudación irá destinada a la Asociación de la Lucha contra el Cáncer, en especial a los niños afectados. Hay una lista con muchos cantantes y muchos me han contestado que sí, y me han preguntado dónde deben ir a grabar, así como que están encantados de hacerlo conmigo. Son cantantes de primera en el mundo entero y espero que el disco tenga tirón porque es para una buena causa.
P. ¿Algunos nombres nos puede adelantar….?
F. El otro día hablé con Plácido Domingo: está encantado de colaborar en el proyecto; Los Cantores de Híspalis, Los del Río, David Bisbal, o sea… Todos, todos, me han dicho que sí, y que están esperando.
P. Hace poco, viendo el anuncio de Campofrío, me surgió la pregunta: ¿Y por qué no protagonizar el de la Lotería de Navidad?
F. Lo comentaba anoche con Mónica diciendo que no me llamara para el tercero, o me llaman para otro o me cogen para todo.
P. Pero este trasmite algo más.
F. Aparte del mensaje, primero le sorprende que lo haga un payaso y segundo, uno muy querido. La gente dice ‘mira, anda, Fofito y está diciendo eso’. Tiene dos caras. Estoy dando un aliento a todo un país para salir adelante y lo está diciendo el más pobrecito de los payasos. ¿ Tú has visto un payaso al que le hayan dado el Premio Nobel o el Príncipe de Asturias? Pues no, ahí estamos haciendo reír.
P. Pero algunos se lo merecen…
F. Sí, pero se acuerdan del payaso cuando está en el cielo; ya no está… pero no cuando está aquí, cuando se pone la nariz y el zapato.
P. Las navidades son las primeras sin Miliki… ¿Son más vacías?
F. Sí, siempre se queda ese sitio vacío en la mesa a la hora de hacer la cena, pero también comprendemos que es ley de vida y, vamos, que nunca quieres que se vayan los tuyos. Se va Miliki, pero también en otras casas se han ido la abuela, el abuelito y se siente ese vacío. Lo que pasa es que nosotros lo sufrimos un poquito más porque estamos haciendo reír y cuando viene el dolor es más fuerte, lo sentimos más.
P. Y dentro de los proyectos hablaba de hacer un disco con grandes cantantes pero hacer algo del mundo del cine o del teatro…
F. He hecho mis pinitos en el mundo del cine. Me sacó Santiago Segura haciendo un cameo… Se quedó contento. Y luego me llamó Álex de la Iglesia, y también otro tanto de lo mismo. Y cada vez que veían la toma me decían ‘Fofito, que muy bien, muy bien’ y les decía que no me hicieran más la pelota y me contestaban que la secuencia había gustado mucho. Nunca había hecho el payaso serio; eso lo hacía mi tío Gaby; ahora lo hace mi hija o mi hermano Rody. Nunca me había pintado de blanco. Me tomo la vida muy en serio, lo que pasa es que después tengo que hacer el tonto. Aquí nos está pasando cuando me ven tomándome un café con una cara y luego tengo otra. A mí me lo dicen: la transformación a otra persona, como si me hubieran dado una inyección antes de salir y pasando una cortina.
P. Fuiste a cambiar la rueda del coche y ¿te conocieron?
F. Sí, y de hecho, después de cambiarlas antes de salir con el coche a la calle todos los mecánicos me dijeron ‘¿te importa, te importa?’ con los móviles en la mano para hacerme una foto con ellos.
P. Es difícil, cada día, mantener la fama tanto tiempo y no es fácil que salgan otros payasos como vosotros.
F. La suerte que ha tenido de la familia Aragón es que llegó a España en un momento en el que sólo había un canal de Televisión, pero mi familia estaba rodeada de tanta televisión que había hecho en América…
P. Pero ¿usted también?
F. Si, comencé en Estados Unidos; luego estuve en Puerto Rico; mi padre, Fofó, de pequeño me sacaba en Cuba. Estuve en México. Había hecho tele desde Cánada a Tierra de Fuego: esos fueron mis primeros pasos. La televisión aquí era en blanco y negro y protestamos porque Heidi salía a color. Y nos quejamos porque teníamos sólo una unidad móvil en los Estudios Romam, los de ahora en Tele 5, y nos pusieron dos.
P. Resultaría curioso
F. Cuando hacíamos las galas, pabellones o plaza de Toros, los niños nos decían ‘anda, son en color’ y alguno te pellizcaba y decían ‘son de verdad’ y respondías ‘hombre, no somos muñequitos’.
P. ¿Qué os movió a hacer la campaña contra el cáncer vendiendo el disco en la carpa y la que empieza ahora?
F. En principio fue mi madre, que lo padeció durante tres años y antes de marcharse removí tierra mar y aire para solucionarle el problema y los médicos nos dijeron que no tenía operación, así fue, cuando me lo dijo mi hermano Rody. Y dije ‘¿con qué pan se come esto?’. Y ella se fue apagando como una velita pero nos dijo: ‘Vosotros tenéis medios’. Es una forma más de ayudar. O un granito de arena o de un desierto para ayudar. Pero si podemos hacerlo y si sale un aparato nuevo en China o Japón, que ellos tengan dinero para comprarlo y ayudar.
P. Volvería con el Circ de Nadal
F. Sí, y siendo una plaza estable como Valencia más aún, pero Fofito se pensaría hacer una gira, no ya con el Nadal sino con cualquier otro, porque pesan los años, es un trabajo muy duro y el viaje es lo que más te cuesta, aunque hay ahora muchas comodidades en las caravanas, incluyo sauna. En el momento que estás enfrente del público te diviertes y lo pasas bien pero ya con mis años lo pensaría. La gira es un trabajo muy duro y el payaso también se quema.
P. ¿Qué le pediría a los valencianos, que vayan a verle?
F. Pues que vengan, les espero hasta el domingo, 6 de enero, aunque el pescado está vendido y el Circ de Nadal sigue. Hombre, no vine a ver una mascletà, y me sorprendió muchísimo, pues que vengan y cuando he vuelto a Valencia, vengo a verla y a pasear a ver las fallas. Mi padre tiene un Ninot Indultat en el museo y eso es lo que nos movió para venir a ver las obras de arte que hacéis para destruirlas. Os voy acontar una anécdota.
P. Diga
F. En Argentina había un señor que ese mismo día, el de San José, en la playa estaba quemando un cuadro. Y fue la policía, los bomberos y le dijeron usted está loco. Y les dijo ‘mire, ahora en mi Valencia están quemando obras de arte y he hecho ésta para quemarla, para ser mi falla particular’.
VLC Ciudad/Redacción
Fotos: Isaac Ferrera
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