Recientemente, la dimisión del alto cargo de la Agencia Tributaria, Luis Jones, por discrepancias graves con la dirección de la Agencia, presuntamente debido a discrepancias con la dirección respecto al caso Cemex -él no ha precisado la razón específica por la que ha elegido dejar su cargo-. Por lo que se ha podido saber según diversos medios de comunicación de ámbito nacional, a Cemex se le habría evitado de forma dudosa una multa millonaria por graves irregularidades fiscales. Esta dimisión en la cupula del ‘Fisco’ patrio ha levantado un sinfín de acusaciones hacia el ejecutivo del PP respecto al uso de la Agencia supuestamente para favorecer a determinados ciudadanos y amigos del Partido Popular.
La amnistía a Bárcenas ya levantó ampollas en su momento, así como el tema de los DNIs falsos de la Infanta doña Cristina, pero lo del expediente de Cemex ha sido ya la gota que colma el vaso para los socialistas, que no han dudado ni un momento en sacar la artillería contra el ministro Montoro. Así, ante los comentarios de Cristóbal Montoro el pasado viernes, asegurando que los relevos llevados a cabo en la dirección de la Agencia Tributaria le han servido para darse cuenta de que ésta estaba llena de socialistas, el madrileño Simancas le acusa a él de querer evitar en la Agencia otros carnés que no sean los del PP.
Ana Madrazo, portavoz del ejecutivo de Rajoy en lo tocante a Hacienda, salía hoy al paso de este cruce de ‘piropos’ asegurando la profesionalidad e independencia de los trabajadores de la Agencia Tributaria, y acusaba directamente el PSOE de querer desprestigiar al Gobierno al precio que sea.
Toda la polvareda que se ha levantado ha sido provocada por la dimisión del director de inspección de la Agencia Tributaria, Luis Jones, persona que goza de un, parece ser, más que merecido prestigio en la profesión, especialmente en el terreno de la fiscalidad internacional. Se dice en los mentideros que era el protegido del secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, quien habría apostado por el en vez del aconsejado por la anterior directora de la Agencia, Beatriz Viana. Atendiendo a la inclinación política de todos ellos, habría que presuponer que la guerra de recomendaciones, de haberla, sería dentro de los propios afines al PP, no entre PP y PSOE. Pero, en cualquier caso, es éste un supuesto que no deja el terreno de las especulaciones, siempre sujetas a interpretación.
Lo bien cierto es que la imagen de la Agencia Tributaria en los últimos tiempos y especialmente esta semana pasada preocupa, y mucho, al ejecutivo de Rajoy, en una etapa en la que la confianza en las arcas del Estado es básica para que Mariano Rajoy consiga encauzar la salida de la crisis con balance positivo para sus aspiraciones de renovar el cargo una legislatura más.
VLC Noticias | Javier Furió