El glaucoma causa la ceguera de cerca del 10% de las personas que no reciben un tratamiento adecuado. Esta enfermedad es, según la Organización Mundial de la Salud, la segunda causa principal de ceguera en el mundo y la mitad de los afectados no saben que la padecen. El doctor Jorge Vila Arteaga Director médico de la Clínica Vila y miembro de la comunidad médica Saluspot, escribe en exclusiva para VLC Noticias sobre esta misteriosa pero común enfermedad.
El glaucoma es una enfermedad ocular en la que se produce una afectación progresiva del nervio óptico y del campo visual. Es fundamental el diagnóstico precoz, un correcto tratamiento y un seguimiento adecuado para evitar el avance del daño, pues puede llegar a la ceguera debido a la pérdida total de fibras en el nervio óptico.
El glaucoma de ángulo abierto es una enfermedad que no suele dar síntomas hasta los estadios finales. No causa dolor y la visión se mantiene aparentemente normal. Por ese motivo, se le denomina “el ladrón silencioso”. La pérdida de fibras en el nervio óptico se traduce en una reducción paulatina del campo visual, empezando por la parte más periférica. En la mayoría de los casos, la progresión es muy lenta por eso puede pasar desapercibida durante un largo periodo de tiempo. Por otro lado, en el glaucoma de ángulo cerrado se produce un aumento brusco de la presión intraocular y origina síntomas como dolor severo y náuseas, así como enrojecimiento del ojo y visión borrosa; mientras que en el glaucoma congénito, los niños nacen ya con un defecto en la zona del drenaje del líquido del ojo, lo que origina un aumento de la presión. Sus síntomas son ojos opacos, sensibilidad a la luz y lagrimeo excesivo.
Cualquier persona puede desarrollar glaucoma, pero existen algunos factores que hace que algunos pacientes corran más riesgo que otros. Los mayores de 40 años y las personas con presión intraocular elevada tienen mayor riesgo de padecer glaucoma. Las personas con antecedentes familiares de primer grado (padres y hermanos) tienen un factor de riesgo añadido. Otros factores incluyen padecer diabetes, miopía y otras enfermedades como hipertensión arterial, antecedentes de enfermedades cardiovasculares o jaquecas.
La mayoría de los glaucomas se consiguen controlar con tratamiento médico, esto es, con colirios. Cuanto más precoz es el diagnóstico, más eficaz será el tratamiento y, por lo tanto, mejor se va a controlar el glaucoma. También existen otros tipos de tratamiento como el láser o la cirugía. El tratamiento con láser es útil sólo en algunos tipos de glaucoma, donde se realiza una iridoctomía o una trabeculoplastia. Sin embargo, cuando el glaucoma no se puede controlar con colirios, se recomienda el tratamiento quirúrgico. La cirugía del glaucoma ha experimentado grandes avances en los últimos años y existen técnicas muy diversas que nos permiten individualizar el tratamiento en función de cada paciente.
Una buena prevención de esta enfermedad es acudir al oftalmólogo durante las diferentes décadas de la vida, aunque a partir de los 40 años, se empieza a aumentar la incidencia de glaucoma crónico. Otra recomendación importante es acudir al oftalmólogo si ha sufrido algún traumatismo previo o si existen antecedentes familiares. De esta manera, conseguiremos mantener al ladrón silencioso a raya.
VLC Noticias | Dr. Jorge Vila, Saluspot