Google retrasó sus planes para probar su concepto de teléfono inteligente a piezas, llamado Proyecto Ara.
El primer hardware del Proyecto Ara iba a someterse a un ensayo este año en Puerto Rico, pero esto se ha retrasado hasta, al menos, el año próximo.
La idea no es nueva, y durante muchos años era una práctica común en el mundo de la informática. En vez de comprar un ordenador nuevo, actualizábamos los componentes que se iban quedando antiguos o seleccionábamos los que configuraban la máquina para la tarea que necesitábamos. Si necesitábamos más memoria, bastaba con abrir la caja y añadírsela.
Google quiere llevar ese concepto a la telefonía móvil. Desde hace dos años trabaja en el proyecto Ara, una plataforma modular que permitirá configurar el teléfono con diferentes componentes a medida y sustituirlos de forma independiente conforme cambien las necesidades o avance la tecnología.
La prueba se llevará a cabo en una nueva localización en Estados Unidos, informó el equipo del Proyecto Ara a través de una serie de tuits.
El equipo dijo que el retraso se debe a “muchas iteraciones” en el diseño.
El Proyecto Ara es el plan de Google de crear un teléfono a piezas.
Esto significa que algunos componentes pueden añadirse o quitarse sin necesidad de hacer complejos cambios en el aparato.
Esto daría la posibilidad de “armar” un teléfono celular propio.
Cuando se anunció el proyecto, la empresa dijo que los usuarios podrían comprar una estructura básica y añadirle módulos como el teclado, la bateria u otros sensores.
Esto podría significar que las pantallas destrozadas o las baterías usadas serían menos costosas de reparar y además esto permitiría a otros crear hardware a medida para tareas específicas.
Google había planeado ofrecer entre 20 y 30 módulos diferentes para el ensayo de Puerto Rico.
La primera demostración de la tecnología, en la conferencia de desarrolladores de Google en mayo, fue bien recibida.
En un foro de desarrolladores interesados en trabajar en Ara, el diseñador de San Francisco Garrett Kinsman dijo que sentía una “inmensa tristeza” por el retraso.