Vivo con orgullo ser veterinario
Título: ‘Pacto de lealtad’
Autor: Gonzalo Giner.
Editorial: Planeta, Barcelona 2014.
Género: Novela, 637 pgs.
La guerra civil
El Péndulo | José Carlos Morenilla.- Transcurre la acción de esta novela en los años previos e inmediatamente posteriores al inicio de nuestra guerra civil. Este trasfondo lo trata el autor con un confeso “respeto” por una contienda que cree “perdieron” los dos bandos en conflicto, y pretende alinearse con “el tercer bando”, ese de los que nunca la quisieron y que la sobrevivieron con enorme sufrimiento y sin ninguna victoria. He de confesar que lo consigue, aunque no es neutral, aborrece y hace aborrecer esa guerra y cualquiera otra de las que se asoman a su novela.
Así podemos asistir, con el corazón en un puño, a la peripecia vital de aquellos que atrapados en la barbarie, tratan de escapar del odio, la injusticia o la muerte. Acompañaremos a personajes que, habitantes de un mundo muy parecido al nuestro de hoy, van siendo engullidos irremediablemente por la angustia que acompaña al desmoronamiento de la sociedad en la que viven.
En este sentido la obra, amena y emocionante, se levanta como un aviso, una advertencia: ¡cuidado nunca se está del todo a salvo!
Sabremos la importancia que tuvo la influencia alemana en la zona de España donde mandaba Franco, y cómo esa influencia y la amenaza que ya se cernía sobre Europa, frenaron los intentos del Lendakari vasco para conseguir que Inglaterra es implicara en la protección de un País Vasco independiente, como de la misma forma Francia rechazara la propuesta del Presidente de la Generalitat catalana para para apoyar militarmente a una Cataluña independiente.
La presencia de los nazis en la trama refleja la locura desquiciante y delatora de su racismo cuando ponen en marcha un intento de reconstrucción de una raza legendaria de perros alemanes perdida en el mestizaje de los siglos. Realmente es un presagio de lo que después harían con los seres humanos.
Los perros
Con esta novela, de un volumen parecido a la anterior, ‘El Sanador de Caballos’ (797 páginas), Gonzalo Giner vuelve a enfocar la narración de una historia desde la perspectiva más próxima a la vida de una animal de los que nos acompañan y comparten nuestros avatares. Si en aquella fueron los caballos, en esta son los perros.
Como el autor confiesa en la última frase de su obra que es la que encabeza este comentario, los animales y sus singularidades constituyen el leitmotiv de la novela. Sorprende el callado y enorme esfuerzo de los perros en el devenir humano desde la prehistoria de Europa, y cómo han prestado sus vidas y cualidades a unos seres, los hombres, que no siempre han agradecido o correspondido a su sacrificio como individuos y como especie.
Con carácter de protagonista, se narra la historia de un perro que tendrá una relevancia especial para que el desenlace final abra el camino a la esperanza. Aparece inesperadamente en los momentos cruciales para salvaguardar la vida y la libertad de su ama. Es un comportamiento verosímil y heroico. Ese perro imaginario aparece en una de las fotos de archivo que se ofrecen en la contraportada, con la sorpresa, en palabras del autor, de que fue reconocido por sus dueños al verlo en la publicación del libro, cuando lo Habían perdido realmente en el bombardeo de Guernika.
La lealtad
Hay una maravillosa exaltación de una cualidad que deberíamos adquirir de nuestros perros: la lealtad. Realmente, en todos los avatares emocionantes de esta novela, guerra, espionaje, pasiones juveniles, familia, amistad, poder, dinero, ilusiones humanitarias, amor, odio, venganza y traición, a todos sus personajes les persigue la maldad o la muerte por la falta de lealtad de sus conciudadanos o compañeros.
Si por encima de credos políticos o intereses personales o ideológicos, los seres humanos mantuviéramos la lealtad que nos debemos los unos a los otros; si fuéramos leales con nuestro vecino, nuestro conciudadano, nuestro compañero de clase, nuestro hermano, o el resto de los seres humanos con los que nos ha tocado convivir; si respondiéramos a la lealtad que nace de nuestro corazón; ninguna de las atrocidades de la guerra o del odio podrían alcanzarnos.
Una ventana inquietante
‘Pacto de lealtad’ es una ventana inquietante sobre un momento histórico especialmente sanguinario de nuestra existencia pasada: entonces estuvimos más dispuestos a quitar la vida que a arriesgarla por salvar la de los demás. Es justo la actitud contraria a la de los perros que nos acompañaron entonces, unos animales que también sabían matar como queda de manifiesto en la obra, pero que sobre todo estaban dispuestos a morir por defendernos.
Esa es la parte de la Ciencia y de la Historia que le hace vivir con orgullo ser veterinario al autor. Está devolviendo un favor de siglos.
Lean esta obra y adhiéranse a la causa.