La Justicia vaticana abrió una investigación contra dos antiguos responsables del Instituto para Obras de Religión por operaciones entre 2001 y 2008. Medios italianos estiman que tenían una caja de 17 millones de euros
Aunque todavía no se conocen oficialmente detalles de la investigación interna, el propio IOR confirmó que había denunciado a los investigados debido a su “compromiso con la transparencia y la tolerancia cero, incluso en lo referente a asuntos que están relacionados con un pasado más distante”.
El Vaticano no difundió los nombres de las personas investigadas, pero inmediatamente después de conocerse la confirmación de que hay tal caso los medios de comunicación italianos afirmaron que se trata del ex presidente del IOR Angelo Caloia y el ex director del banco Lelio Scaletti.
El primero ejerció el cargo durante veinte años hasta 2009, y el segundo abandonó la institución en 2007 después de doce años en su puesto.
Ambos, por lo tanto, desempeñaron sus funciones tras los grandes escándalos que hicieron que el IOR protagonizara en los años ochenta oscuras tramas con implicaciones criminales que unieron el nombre del banco a logias masónicas y miembros de la mafia.
El vocero vaticano, Federico Lombardi, informó escuetamente de que fue “el Promotor de Justicia del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano” quien abrió una investigación, que tiene que ver con actividades inmobiliarias.
La decisión tiene que ver con un presunto desfalco por operaciones “sucedidas en el período 2001-2008” y la investigación afecta también a “un abogado por concurrencia en los hechos”, precisó Lombardi, quien no dio los nombres de los afectados.
El abogado investigado es Grabriele Liuzzo, según los medios de comunicación italianos.
“El problema fue presentado a la Magistratura del Estado de la Ciudad del Vaticano por la dirección del IOR después de operaciones de verificación interna puestas en marcha el año pasado”, agregó Lombardi.
El vocero añadió que las cuentas de esas personas en el IOR “fueron bloqueadas a título cautelar hace algunas semanas”, y los medios italianos afirmaron que la cantidad depositada en esas cuentas podría alcanzar los 17 millones de euros.
“Estamos muy satisfechos de que las autoridades vaticanas tomen una acción decisiva”, declaró Jean-Baptiste Franssu, el nuevo presidente de la entidad desde el pasado 9 de julio, en la nota de prensa difundida por el IOR a propósito de la investigación.
El propio Franssu había declarado al asumir el cargo que consideraba que las instituciones de la Iglesia Católica deben “dedicarse a los mas necesitados y a la propagación de la fe”.
El IOR fue creado por orden del papa Pío XII en 1942 y su reforma ha sido una de las prioridades del actual papa Francisco desde que fue elegido en 2013.
El banco vaticano publicó este año el balance de sus cuentas durante 2013 y comunicó que había hecho un “análisis sistemático de todos los registros de clientes para identificar la información perdida o insuficiente”. Y anunció que se habían bloqueado 1.329 cuentas individuales y otras 762 de clientes institucionales.
Sus resultados se conocieron después de que el pasado mayo la Autoridad de Información Financiera (AIF) de la Santa Sede comunicara que la entidad fue sometida a una “primera inspección” durante los primeros meses de 2014.
La AIF precisó que esa inspección tenía como objetivo “verificar la aplicación de las medidas tomadas para prevenir y luchar contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo”, según informó entonces la Santa Sede.
La inspección se realizó en aplicación de los dispositivos legales aprobados en octubre de 2013, cuando el Vaticano los justificó para dotar de transparencia a la actividad del IOR y prevenir actividades monetarias ilegales.
El papa Francisco había lanzado en agosto de 2013 ese proceso de transparencia mediante un “motu proprio” (ley papal) con el que se creó un comité supervisor financiero para la Santa Sede y el Estado del Vaticano. Correspondía a la nueva batería de reformas sobre la economía y las finanzas vaticanas, muy cuestionadas, sobre todo, por el papel del IOR.