Valencia Noticias | Redacción.- El Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) ha recibido más de una treintena de proyectos de base tecnológica a través del Programa de Instrumentos Financieros Para Proyectos de Creación de Empresas de Base Tecnológica, que se prevé generen una inversión empresarial de cerca de cuatro millones de euros.
Los sectores donde más se va a invertir en actividades de alto contenido innovador son el de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (más de un millón de euros), el Socio Sanitario (610.442 euros), Metal e Iluminación (452.000 euros), Comercio (440.000 euros) y el sector energético (400.000 euros).
Así, algunos de los 31 proyectos que se han presentado al programa del IVACE persiguen el desarrollo de nuevas aplicaciones informáticas para el sector turístico y comercial, la construcción y validación de nuevos prototipos, estudios de biometría para ámbitos de la sanidad y la banca así como proyectos de robótica.
El préstamo que concede el IVACE para el desarrollo de estos proyectos asciende como máximo a 175.000 euros con un tipo de interés del 0%.
Una vez la empresa ha ejecutado el proyecto y ha devuelto el préstamo, el IVACE concede una subvención a fondo perdido de un 35% del presupuesto subvencionable, hasta un máximo de 61.250.
El Programa de Instrumentos Financieros Para La Creación de Empresas de Base Tecnológica está dotado con un presupuesto de un millón y medio de euros.
Los objetivos de este programa son fomentar el emprendimiento innovador y de base tecnológica, crear empleo cualificado e impulsar la diversificación empresarial principalmente en los ámbitos prioritarios de la Estrategia de Especialización Inteligente en Investigación e Innovación en la Comunitat Valenciana (RIS3- CV).
Se trata de una propuesta para la transformación del modelo productivo de la Comunitat, mediante la diversificación del tejido empresarial hacia sectores intensivos en tecnología.
Con esta Estrategia se pretende posicionar a la Comunitat Valenciana como referente en los ámbitos tecnológicos que la Unión Europea ha establecido como prioritarios, que puedan sustentar sus principales actividades productivas, y aprovechar las mejores oportunidades que abre la ciencia a nivel internacional mediante estructuras dedicadas a desarrollos aplicados.