La organización juvenil critica el abandono de los refugios de la Guerra Civil y pide que se rehabiliten para convertirlos en espacios expositivos que recuerden la importancia de Valencia como capital provisional de la II República entre 1936 y 1937.
Construidos para proteger a la población de los bombardeos durante la Guerra Civil y ocultos años después por el olvido colectivo y la desidia municipal, los refugios antiaéreos de Valencia que aún se conservan forman parte de la historia reciente más desconocida de la ciudad. La mayoría de los más de 250 refugios con los que llegó a contar Valencia se han perdido para siempre, pero todavía se conservan algunos en condiciones aceptables que podrían ser rehabilitados y puestos en valor, como el refugio de la calle Serranos o el de la calle Espada, entre otros.
La importancia histórica y cultural de los refugios antiaéreos de Valencia es indiscutible porque fueron “pioneros” respecto al resto de Europa y fueron tomados como ejemplo de defensa civil por otras ciudades europeas durante la II Guerra Mundial. A pesar de ello, se encuentran “abandonados, cerrados y algunos de ellos, profundamente deteriorados”, lamentan desde Joves Socialistes de Valencia, “y ni tan siquiera tienen carteles que señalen y expliquen a la ciudadanía qué son estos espacios”. La agrupación local recuerda que muchos de ellos están protegidos como Bien de Relevancia Local (BRL), por lo que considera que el Ayuntamiento de Valencia tiene que realizar “las actuaciones oportunas para su recuperación”, tal y como obliga la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano, ya sean de titularidad pública o privada.
Desde la organización juvenil señalan que estos espacios, una vez rehabilitados, “podrían abrirse al público y ser el lugar apropiado para organizar exposiciones históricas que recuerden el importante papel de Valencia como capital de la II República entre 1936 y 1937, dándoles un uso cultural y didáctico para convertirlos en centros de información y documentación sobre la Guerra Civil y su época”. “Sólo algunos, los más apropiados”, puntualizan. Con ello se cumpliría un doble objetivo: “enseñar esta parte tan importante de la historia de la ciudad y dar a conocer los refugios, pues su desconocimiento es, en general, absoluto”. Además, si fueran visitables, la corporación municipal podría así “ampliar la oferta turística y cultural de la ciudad”. Muchas ciudades españolas, como Barcelona o Almería, habilitaron desde hace tiempo estos espacios como “lugares de la memoria” o para uso público, con fines turísticos y culturales, pero aquí es “un tema tabú”, critican.
Joves Socialistes de Valencia denuncia que el “nulo interés” que ha demostrado Rita Barberá por recuperar, conservar y difundir el patrimonio histórico bélico de la Valencia de los años 30 se debe únicamente a “motivos ideológicos”. Efectivamente, desde el Ayuntamiento “han ocultado decididamente estos espacios” y cualquier otra referencia que “pueda recordar al periodo republicano”. Pero conviene recordar a la alcaldesa que los refugios “no están vinculados a ninguno de los dos bandos, hecho que tal vez ignora, sino que son construcciones que ofrecía protección a la población civil”. El refugio formaba parte de la vida cotidiana de las personas que sufrieron la guerra y, en este sentido, estas edificaciones son un importante objeto de valor histórico, que además es singular por sí mismo y representan el esfuerzo colectivo y la solidaridad popular durante los momentos más difíciles de la guerra.