La Batalla de Flores de Valencia se celebra el último domingo de julio, concretamente en 2018 ha sido el domingo 30 de julio, a las 20.00 horas. Es el último acto de la Gran Feria de Valencia y el más emblemático
Un año más el paseo de la Alameda se convirtió en una alfombra de flores para despedir laGran Feria de Julio de Valencia. Cerca de dos millones de clavellones, cultivados porMiguel Galánen los campos deAlboraya, se lanzaron entre el público y los participantes. Junto a ellos, las senyeras también protagonizaron uno de los espectáculos de color más emblemáticos de la ciudad. Aunque, como ya es costumbre, labandera de España no formó parte del decorado.
La celebración fue presidida por la vicepresidenta del ConsellMónica Oltra,el concejal del Ayunamiento,Pere Fuset, la primera Teniente de AlcaldeSandra Gómez y representantes políticos como Fernando Giner o Amparo Picó de Ciudadanos entre otros.
La treintena de carrozas diseñadas para esta edición, desfilaron a lo largo del recorrido para dar color a la Alameda . El Premio Barón de Cortés fue paraMaría Meliàcon el diseño de Enrique Burriel. Bajo su lema ‘La mar’ paseó la Reina de les festes de Castelló subida a la figura de un delfín y atada para no carse. En la categoría Especial A, ‘Marina’ llevaba a la Fallera Major de Valencia,Rocío Gil, y su Corte de Honor , y consiguió alzarse con el primer premio. Por su parte, la Fallera Major Infantil,Daniela Gómez de los Ángeles, y su Corte de Honor desfilaron en ‘Per la senda de les flors’ de los hermanos Ferrer, que obtuvieron el primer premio de la sección Especial B.
La Batalla de Flores de Valencia
Durante la Gran Feria de Valencia se celebra la Batalla de Flores. Al paseo de la Alameda, la gente se congrega alrededor de una lluvia de flores. Un espectáculo lleno de carrozas, colores y pétalos.
Uno de los cortejos más famosos, como hemos comentado, de la Gran Feria de Valencia es la Batalla de Flores, introducida en 1891 por iniciativa de Pasqual Frígola, barón de Cortes de Pallás. Empezó a celebrarse en el paseo de la Alameda, a imitación de unos combates lúdicos semblantes que se celebraban con gran esplendor en Niza, en la Costa Azul, durante sus fiestas de Carnaval, y que después también se exportarían en otras ciudades europeas y españolas. Rápidamente, la Batalla de Flores se convirtió en el cortejo más distinguido y a la vez popular de la Gran Feria, y se configuró como un gran hito social y espectáculo para el conjunto de la ciudad. De hecho, la Batalla de Flores se mantuvo como uno de los principales actos festivos y sociales de la era dorada de la Feria, que transcurre entre finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX.
La Batalla de Flores empieza con el lanzamiento de una carcasa de aviso. A partir de aquí se abre un cortejo, encabezado por la Policía Municipal de gala y a caballo. Después, empieza la cabalgata valenciana, que consta de música de tabal y dulzaina, seguida de portadores de joyas y pomells, y de gropes de parejas ataviadas con vestidos a la antigua. A continuación, empieza el desfile de las carrozas y los coches ligeros. Después de una primera vuelta en que se entregan los premios a las mejores carrozas y coches, empieza un nuevo recorrido. Es en ese momento cuando de viste empieza la Batalla de Flores, consistente en el intercambio de clavellons a manera de proyectiles entre las carrozas, los coches y el público.
A pesar de que la Gran Feria de Valencia ha experimentado fases de decadencia y reestructuración, en las últimas décadas la Batalla de Flores ha conservado su preeminencia dentro de la Feria, porque, además de clausurarla, ha mantenido vive buena parte de su antiguo espíritu popular. Es así como la Batalla de Flores ha sabido combinar la tradición ferial, el arraigo valenciano y la disposición al cambio, hecho que ha posibilitado que se conservo como el patrimonio festivo que es.