La fotógrafa brasileña Luisa Dorr muestra sus personalísimas imágenes de Itabaianinha.
Maria perdió a sus padres cuando tenía siete años. Desde entonces y hasta los ochenta, ella y sus hermanos sustentaron a la familia trabajando de sol a sol en la plantación de maíz cercana a la ciudad de Itabaianinha, en el estado de Sergipe. Maria nunca creció más allá de los 91 centímetros de estatura.
La fotógrafa Luisa Dorr nos cuenta que a Itabaianinha se la conoce a veces como la ciudad de los enanos porque allí se concentra una cantidad inusitada de adultos de menos de 1,45 metros de estatura. Se estima que, de sus 40.000 habitantes, entre 75 y 150 son enanos (ellos prefieren este término al de personas pequeñas), es decir, uno de cada 266 habitantes. Para hacernos una idea, en el resto del país la proporción es de un enano por cada 10.000 personas de estatura media.
La fotoperiodista, que pasó tres días en compañía de los enanos de Itabaianinha, inicialmente se topó con la reticencia de la comunidad a su proyecto. Muchos pensaban que, como ya había ocurrido anteriormente, Dorr era otra productora con ambiciones de revolucionar la comedia televisiva a costa de los pequeños habitantes de esta localidad. Algunos de ellos se ofrecieron a posar solo a cambio de dinero; pese a que Dorr no se opone moralmente a pagar a sus modelos, decidió no hacerlo esta vez.
Pocas horas después de su llegada, Dorr consiguió entablar conversación con un enano al que compró un perrito caliente en su bar. Más tarde conoció por Facebook a un hombre llamado Sergio, quien enseñó a Dorr la ciudad y la invitó a asistir a un partido de fútbol de enanos.
Dorr visitó Itabaianinha en marzo, cuando el calor es sofocante, por lo que se limitó a hacer fotografías en las horas en las que el sol no estaba en su cénit. Pese a ello, su proyecto le permitió apreciar lo duro que muchas de estas familias trabajan para sobrevivir. Aunque las casas y los coches de los enanos están adaptados a su estatura, sus trabajos son los mismos que los de cualquier persona de talla media.
Los enanos de Itabaianinha poseen un tipo de enanismo muy poco común en el resto del mundo, ya que la mutación genética que sufren afecta a su estatura pero no a la proporción de sus miembros, que se mantiene igual que la del resto de personas.
Trabajando en su proyecto, Dorr conoció a enanos que se sentían cómodos con su estatura, como Maria, que le aseguró que nunca había sentido el deseo de ser más alta. La población enana de Itabaianinha está disminuyendo, posiblemente debido a que cada vez hay más matrimonios entre enanos y personas de estatura media. Así, la mayoría de los enanos que quedan en la ciudad son de edad muy avanzada.
Dorr dejó clara su intención de compartir sus fotografías con las personas que conociera durante el proyecto. “Es una zona pobre de Brasil”, explica, “y muchas de estas personas nunca han tenido sus fotografías en papel”.
Hace unos meses, Dorr tuvo noticias del fallecimiento de Maria a la edad de 101 años. Pensando en los días que pasó con Maria en la plantación, la fotógrafa escribió: “Es una familia sencilla con una hermosa historia. A pesar de lo duramente que han trabajado toda su vida, se sienten felices y agradecidos”.