La Guardia Civil en el marco de la operación ALMINA, desarrollada en Málaga y Cádiz, ha procedido a la detención de 33 personas (españoles, marroquíes, belgas y colombianos), pertenecientes a una organización dedicada al tráfico de hachís mediante la financiación de los beneficios que obtenían con el tráfico de seres humanos desde Marruecos a España.
La operación se inició en enero del pasado año cuando los agentes verificaron la existencia de una red que estaba estructurada en varios grupos sin vinculación entre ellos y con cometidos diferenciados con el propósito de continuar con sus actividades en el caso de que alguna de las células fuera descubierta.
Barcos nodrizas para el transporte de hachís
Fruto de las investigaciones, se pudo comprobar que los integrantes de la organización trasladaban el hachís mediante un barco nodriza desde las costas africanas a alta mar y posteriormente lo transportaban a otras pequeñas embarcaciones de la organización.
Una vez que las embarcaciones atracaban en puertos españoles trasladaban la droga a naves o locales donde otro grupo se encargaba de su custodia hasta que era comercializada en España o resto de Europa.
En la operación han sido detenidos todos los integrantes de la organización y se han registrados varios domicilios en las provincias de Málaga y Cádiz donde se intervinieron 3.810 kilogramos de hachís, 46.000 euros en efectivo, 5 vehículos, 3 embarcaciones, 1 arma de fuego, empaquetadoras al vacío usadas para empaquetar hachís. Se estima que los efectos incautados están valorados en más de SIETE MILLONES de euros.
Trasladaban a los inmigrantes en dobles fondos de camiones
Con el fin de poder financiar la compra de mayores partidas de hachís la red contaba con un grupo que se encargaba de trasladar a España ilegalmente a inmigrantes. El traslado se efectuaba ocultándolos en dobles fondos o diminutas cavidades de los camiones, con el consiguiente riesgo de perecer en el traslado.
Una vez que los inmigrantes llegaban a España, los mantenían secuestrados en zulos hasta que la organización recibía en Marruecos el dinero que sus familiares debían abonar para su liberación.
De esta célula de la organización formaba parte un trabajador de un puerto de Marruecos que facilitaba el tránsito de los camiones y dificultaba su inspección. Gracias a la colaboración policial internacional entre la Guardia Civil y la Gendarmería Marroquí, esta persona fue detenida en Marruecos consiguiendo a su vez la liberación de un ciudadano marroquí que se encontraba exhausto en el momento del rescate.
Según se desprende de la investigación la red habría trasladado ilícitamente hasta nuestro país al menos a 12 ciudadanos marroquíes.
Las investigaciones han sido llevadas a cabo por el Equipo Contra el Crimen Organizado (ECO) de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil con sede en Málaga, en colaboración con otras Unidades del mismo Cuerpo de las zonas de actuación.