Es bien sabido que en Madagascar se habla malgache, un idioma con una sonoridad especial que puede competir de tú a tú con el islandés por el número de sílabas que son capaces de meter en una sola palabra.
En Madagascar hay 18 etnias y como la extensión del país es grande y las comunicaciones desastrosas pues en cada sitio se habla de una forma distinta y muchas palabras del Sur no se entienden en el norte y viceversa.
Le Malagasy:
A medida que voy poco a poco (más poco a poco de lo que me gustaría) aprendiendo palabras me doy cuenta de que muchas expresiones son importadas del francés pero amalgachadas en su pronunciación.
El caso mas curioso es “coquillage”, al igual que los inuit no tienen una palabra para “nieve” sino que usan una palabra concreta para cada tipo de nieve, aquí los locals, no tienen una palabra para “concha” pues cada una de ellas tiene su propio nombre.
Unas treinta veces al día suelo tener esta conversación:
-Salama
-Salame (o Salamo, o según les de)
-Inona vao vao?
-Tzi mitzi vao vao
-Ah tzi mitzi eh?
-Eka
-Eka, veloma
-veloma
Que básicamente viene a ser:
-Hola, ¿Que tal?
-Pos nada, por aquí.
-Pos venga, hasta luego.
-Venga payo, hasta luego.
Con los niños aprovecho mis extensos conocimientos de malgache para echar unas risas:
-Iza no anaranao? (¿Cómo te llamas?)
Y acto seguido un nombre larguísimo que trato de pronunciar repetidas veces mientras se descojonan de un servidor hasta que llega mi momento de venganza:
-Anaranao izaho Jose (Yo me llamo Jose)
-goshe
-No, JJJossse
-Gose
-No, collons, JJJJose
-hoshe
-Vale, no importa: Paquito. Naranao izaho Paquito.
Paquitooooo!
Le français:
Admitámoslo sin pudor: Mi francés es desastroso, mi pronunciación sólo es comparable a la de Alfredo Landa en sus mejores tiempos y aunque los franceses me comprendan (o al menos eso parece) los malgaches no me cojen ni una.
Esto da como resultado situaciones muy divertidas, ya me ha pasado en varias ocasiones que tras pedir una botella de agua fría me traen una cerveza (una de las marcas de cerve mas conocidas aqui es Fresh).
Que le vamos a hacer, me tendré que beber la cerveza, con el asco que me da a mi la cebada fresquita.
Algunos vasahas hablan frangasy que es una mezcla la mar de salá de frances y malgache, algo muy útil en tu entorno cercano pero que luego te va a servir de bien poco una vez que te alejes 500 m de tu zona de influencia, ni te cuento en cuanto vuelvan a Francia.
En mis correrías diarías sigo sin escarmentar y como si tal cosa pregunto a los paisanos a ver por donde tiro:
-Es que iliá an bon chamin a la gauche?
-Oui, oui (Cara de ¿Que dice este tío blanco y feo?)
-Se prosh le chamin?
-Oui, oui (Cara de ¿Porqué estará corriendo este hombre?)
-A la gauche?
-Oui, oui (¿En que idioma me está hablando?¿Será ruso?).
Y ni a la gauche, ni bon chamin ni leches, acabo de nuevo perdido en mitad de un barrio de pescadores rodeado de niños que se descojonan de un servidor.
Le Espagnol
Durante unos años, Madagascar fue comunista y muchos profesionales (médicos en su mayoría) se formaron en Cuba así que hablan un poco de español con acento cubano que es una cosa digna de ser escuchada.
En Toliara, no hay de éstos (Un consejo: No te pongas malo que aquí la carrera de medicina son 3 años y los “centros sanitarios” dan bastante miedo) pero si que encuentro gente que sabe decir “hola” y “¿Como estás?” y acto seguido se pasan al frances o al gasy sin contemplaciones aunque les ponga cara de no-entiendo-un-pijo-de-lo-que-dices-aunque-sonria-y-diga-que-sí.
Así que, aquí ando, aprendiendo, sorprendiéndome y flipando constantemente con todo lo que me encuentro. Cada día una auténtica aventura, como a mi me gusta.
Eka!