Después de un extenso concurso de arquitectura, en 2014 el estudio David Chipperfield Architects de Berlín fue elegido como ganador por unanimidad para encargarse de diseño de un nuevo edificio en Estocolmo, el Centro Nobel. Así culminaba la tarea iniciada en 2011 con objetivo de crear un nuevo símbolo para la ciudad que albergara, no solo la celebración de los reconocidos premios de la Academia de las Ciencias de Suecia, sino también un lugar para el encuentro científico.
“La ceremonia de los Premios Nobel ahora mismo es cerrada y da una imagen elitista”, dice Susanne Lindh
“La ceremonia de los Premios Nobel ahora mismo es cerrada y da una imagen elitista. Queremos conseguir que continúe teniendo un gran nivel y prestigio, pero que sea algo más abierto y ponga a Estocolmo en el centro de las actividades con los investigadores”. Ese es el espíritu con el que se construirá el nuevo Nobel Center, según argumenta a Sinc Susanne Lindh, directora ejecutiva del proyecto.
Para Lars Heikensten, director ejecutivo de la Fundación Nobel, esta construcción “se enfrentará a importantes avances científicos, humanitarios y literarios, poniéndolos en un contexto relevante para la gente y contribuyendo a su sentido de compromiso e inspiración para el futuro”.
El nuevo edificio pretende ser un espacio abierto al público que concentre actividades vinculadas con los premios, la ciencia y la educación. “En 1920 ya se hizo un primer intento de construirlo, pero coincidió con una gran recesión en todo el mundo”, apunta Lindh.
Su ubicación estará en la península Blasieholmen, en Nybroviken, una entrada del mar Báltico en el corazón de Estocolmo que tiene acceso por barco, transporte público y bicicleta. “Debía ir acorde con el resto de edificios antiguos de la ciudad, sencillo y elegante, así como muy flexible para las diferentes actividades”, añade la directora ejecutiva.
Su construcción también ha generado debate entre los ciudadanos suecos sobre cómo debía ser el edificio, su diseño –algunos consideran que no es lo suficientemente moderno– o qué va a pasar con las construcciones que hay ahora mismo en ese emplazamiento. La financiación es totalmente privada y en mayo anunciaban que la mayor parte del dinero está listo.
“La financiación ha sido un reto. Recaudar dinero privado no es tan común en Suecia. Sin embargo, ahora hemos conseguido 1.050 millones de coronas suecas de los 1.200 millones necesarios. Mucho más de lo que cualquier otro proyecto haya recaudado”, declara a Sinc Heikensten.
Según la declaración del jurado en 2014, el edificio propuesto tiene un aspecto exterior elegante, atemporal y atractivo, con una clara identidad propia. El diseño de la fachada, con brillantes elementos verticales de latón y vidrio, es elegante y de calidad, rasgos asociados con el Premio Nobel.
“Queremos atraer a científicos para que debatan sobre disciplinas que sean populares en ese momento”, señala Lindh
“El debate público no ha tenido mucho que ver con lo que queremos hacer en el edificio, y las próximas actividades. Se ha centrado en el tamaño y cómo va a encajar en el entorno existente. Sin embargo, hemos tenido un buen proceso y el tamaño del edificio es ahora casi perfecto. Asimismo, contamos con arquitectos que son de renombre internacional por ser sensibles a los entornos en los que trabajan”, añade el director ejecutivo de la Fundación.
Atraer a los científicos y a las escuelas
El desarrollo del centro se está llevando a cabo en estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Estocolmo. La ambición es completarlo en 2019. El tiempo para la construcción se estima en dos años, después de un plan local y las excavaciones arqueológicas pertinentes.
El Centro Nobel tendrá en cuenta un programa escolar de amplio alcance, actividades científicas, reuniones sobre temas de actualidad y otros eventos de diversa índole. “Queremos atraer a científicos para que debatan sobre disciplinas que sean populares en cada momento”, señala Lindh.
El carácter interdisciplinar del edificio quiere aprovechar ese enorme potencial inherente y no utilizado de los premios Nobel para atraer a los investigadores y pensadores más destacados del mundo en diferentes disciplinas.
“Los laureados son entusiastas y están muy dispuestos a participar en eventos donde puedan ayudar a difundir e intercambiar conocimientos, además de apoyar e inspirar a los jóvenes investigadores”, exponen los responsables del proyecto.
Asimismo, el programa escolar que tienen pensado desarrollar dentro del edificio quiere fomentar el aprendizaje y estimular la curiosidad entre los estudiantes.
“Pretendemos garantizar que todos los alumnos del sistema escolar sueco tengan la oportunidad de visitar el Centro Nobel en algún momento y que todos los del área de Estocolmo lo visiten al menos una vez cada tres años durante su escolaridad”, apuntan. El objetivo es completar los programas de las escuelas con actividades de todos los niveles en ciencias naturales, sociales, literatura e historia.
“También tenemos la inquietud de cómo atraer a todas las ramas de la investigación, a los jóvenes y, sobre todo, a las mujeres a que se dediquen a las carreras técnicas”, concluye Lindh.
“El sueño de un Centro Nobel ha existido desde hace más de un siglo. Aunque el Premio Nobel es bien conocido y muy respetado en todo el mundo, nos ha faltado un solo lugar donde se presenten las historias de los Nobel, Alfred Nobel y el papel de los premios. Estamos convencidos de que el Centro Nobel será un destino muy apreciado por los visitantes”, dice el profesor Carl-Henrik Heldin, presidente de la Fundación Nobel.