El crecimiento económico en 2016 será inferior al de 2015, con ralentización en muchos países emergentes y modesta recuperación en los avanzados, al tiempo que caen los precios de las materias primas, el comercio, los salarios y los precios, en una coyuntura de inestabilidad financiera.
Es la principal conclusión que se desprende de la revisión intermedia del informe semestral de Perspectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, y que lleva a la OCDE a pedir una respuesta colectiva para “fortalecer la demanda” porque “las políticas monetarias por sí solas” no funcionarán.