El Péndulo | Redacción.- El Instituto Valenciano de Cultura, en colaboración con la Diputación de Castellón y el Ayuntamiento de Peñíscola, lleva al festival de Música Antigua y Barroca de Peñíscola una de las obras más conocidas de Antonio Vivaldi, ‘Las cuatro estaciones’, interpretada por la orquesta de instrumentos de época València Original Art bajo la batuta de Barry Sargent. Completa el programa la Obertura-Suite ‘Burlesque de Quixotte’, de Georg Philipp Teleman.
La València Original Art es la primera orquesta profesional valenciana especializada en la interpretación de obras de los siglos XVIII y XIX con instrumentos de época. Fundada en 2013, ha actuado en los principales auditorios valencianos, entre los que se encuentran el Palau de les Arts Reina Sofía, el Auditorio de Castellón y el Teatro Principal de Alicante.
La València Original Art apuesta por trabajar con músicos valencianos de proyección internacional y cuenta con la colaboración de maestros internacionales como Barry Sargent y Eric Hoeprich. Todos sus miembros están especializados en la interpretación de obras de repertorio clásico y romántico siguiendo rigurosos criterios históricos.
La experiencia de asistir a uno de sus conciertos significa trasladarse en el tiempo y sumergirse en sonoridades próximas a las que se escuchaban en tiempo de Mozart, Haydn o Beethoven.
Barry Sargent, que dirigirá la València Original Art y ejercerá de concertino en Peñíscola, ha sido director y fundador de la Orquesta Barroca de Sevilla y primer violín de Al Ayre Español, así como concertino invitado del Gran Teatre del Liceu de Barcelona, de la Orquesta Ciudad de Granada y de la Orquesta Sinfónica de Bilbao. También ha dirigido la Orquesta de Las Palmas de Gran Canaria y la Orquesta Ciudad de Granada.
‘Las cuatro estaciones’, la obra más popular de Vivaldi, se trata de un grupo de cuatro conciertos para violín y orquesta compuestos alrededor de 1721. Vivaldi publicó los conciertos con unos poemas de acompañamiento, posiblemente escritos por él mismo, que describían que quería representar la música en relación con cada una de las estaciones.
Estas composiciones son uno de los ejemplos más tempranos de lo que después se llamó música programática o descriptiva. Por ejemplo el invierno está pintado a menudo con tonos oscuros y tétricos, al contrario, el verano evoca la opresión de la calor e incluso una tempestad en el último movimiento.