La pelea por la fortuna de Michael Jackson: el estado también quiere su parte

El fisco de EEUU asegura que existe una deuda de USD 702 millones por impuestos federales y multas impagas. Por su parte, sus abogados aseguran que, al morir, el cantante tenía un patrimonio mucho menor

El abogado a cargo de la herencia de Michael Jackson ha pagado puntualmente los impuestos por el dinero que reciben los tres hijos de la estrella, Prince, Paris y Blanket, y la madre, Katherine, a quien nombró guardiana de sus nietos.

Sin embargo, desde el mismo momento de la ejecución del testamento, el Servicio de Recaudación de Impuestos (IRS) ha disputado la valuación que hizo John Branca: a su muerte, Jackson tenía un patrimonio limpio de unos USD 7 millones de dólares, según él; según el IRS, entre el valor real y los negocios póstumos que Branca hizo con la herencia, la cifra de la que habría que hablar es de USD 1.100 millones, y por lo tanto se ha generado una deuda de USD 702 millones en impuestos federales y multas por falta de pago.

Branca —una suerte de estrella en sí mismo, un Saul Goodman de las celebridades musicales— hizo gestiones más que esforzadas para resucitar la imagen de Jackson y venderla, como también su arte, de numerosas maneras. Pero esa imagen, argumentó, dañada por las acusaciones de abuso de menores, valía a la muerte del cantante USD 2.105. El IRS, por su parte, evaluó que el nombre y la figura de Jackson valen muchísimo más, y que con las habilidades del administrador y los progresos tecnológicos, es absurdo hablar de un número que no contenga la palabra millones.

Branca insistió en que el crecimiento de la herencia fue su obra; el IRS insistió en que todos los negocios eran “previsibles”. Como sintetizó Devin Leonard en un artículo para Bloomberg Businessweek: “En otras palabras, todo lo que tenía que hacer era dejar de respirar, y el dinero comenzaría a fluir. ‘Es como lo que decían sobre Elvis Presley cuando murió’, dijo Michael Morris, un ex abogado del IRS que actualmente se dedica a la práctica privada. ‘Buen paso adelante en su carrera’. Pero eso sugiere que cualquier podría haber convertido a Jackson en un negocio multimillonario y floreciente”.

Por ende el valor de su nombre y su figura para usar en el campo infinito del merchandising valían, al momento de su muerte, USD 434 millones. El IRS se presentó en los tribunales impositivos de Los Angeles para probarlo.

La resurrección

Cuando Michael Jackson murió de una sobredosis de propofol y lorazepam el 25 de junio de 2009 estaba en una situación financiera tan precaria como su salud psíquica.

Hacía tiempo que su imagen se había deteriorado por las acusaciones de abuso de menores. No sacaba discos nuevos ni salía de gira; sus tres hijos nunca lo habían visto en escena. Tenía una deuda de USD 300 millones de dólares para financiar su estilo de vida y su casa de Neverland estaba al borde de la ejecución porque no pagaba el crédito hipotecario al fondo de inversión que lo había comprado. No había hecho la declaración de sus impuestos personales durante tres años.

Su palidez fantasmal y su estado de somnolencia marcaron los ensayos para los 50 conciertos que se preparaba para dar tres semanas más tarde, los diez primeros en el estadio O2 de Londres. Las entradas de todas las funciones se habían agotado apenas se pusieron a la venta.

La reaparición del rey del pop había sido gestionada por su nuevo manager, un libanés que usaba el título de doctor sin que se conociera su especialidad, Tohme R. Tohme. Lo había presentado un hermano de Jackson, Jermaine, desesperado por salvar Neverland. Por gestión de Tohme, a diez días de la ejecución pública de la propiedad, el fondo Colony Capital —perteneciente a un admirador del músico y amigo del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump— compró la deuda.

El plan de Tohme era que los conciertos y toda la maquinaria de comercialización posterior generasen dinero de sobra para que la estrella volviera a ser rica.

Se presume que el acuerdo económico hacía rico también a Tohme y no satisfizo a Jackson, quien llamó a su antiguo abogado. Ocho días más tarde el artista apareció inconsciente en su cama, y su médico personal, que le había recetado la combinación de sedantes, no pudo reanimarlo. En 2011 Conrad Murray fue condenado a cuatro años de prisión por homicidio culposo; salió en 2013 pero su licencia para ejercer la medicina sigue revocada.

Branca, en cambio, vivificó los bienes de Jackson. Lo primero que hizo fue vender los derechos de las filmaciones que la compañía promotora de los conciertos que nunca se concretaron, AEG, había realizado durante los ensayos. El documental This Is It fue un éxito mundial.

Ganancias post-mortem

“Branca orquestó una guerra de ofertas. Sony, que ganó la subasta, aceptó pagar al fondo de la herencia USD 60 millones garantizados y casi el 90% de las ganancias”, explicó Bloomberg. “Cuando This Is It se lanzó en noviembre de 2009, recaudó unos USD 290 millones en el mundo, lo cual lo convirtió en el documental más exitoso de todos los tiempos. Con el dinero que ingresaba por la película se pudo refinanciar la deuda de la herencia. Bajó la tasa de interés de un préstamo de USD 75 millones, garantizado por composiciones de Jackson, de un oneroso 17% a un 6%, y bajó la tasa de una deuda de USD 300 millones, sostenida por las acciones de Jackson en la empresa Sony/ATV, del 5,8% al 2,9%, lo cual ahorró millones de dólares por mes en los pagos”.

En 2010 Branca negoció un contrato de USD 250 millones por el lanzamiento de 10 discos con materiales viejos y nuevos de Jackson.

Al año siguiente acordó con los ejecutivos de Cirque du Soleil la creación de Michael Jackson: The Immortal World Tour, que recorrió el mundo durante tres años. Generó un ingreso de USD 360 millones por entradas: se lo considera el número ocho de los espectáculos más taquilleros. Y en 2013 la compañía estrenó otro show, con un holograma del músico, que acaso nunca baje de cartel, en Las Vegas: Michael Jackson: One.

Otros negocios del abogado incluyeron videojuegos, el relanzamiento de las memorias del artista (Moonwalk, originalmente publicado en 1988, con edición de Jacqueline Kennedy), el uso de la cara de Jackson en 1.000 millones de latas de Pepsi.

“No le prestamos atención a la prensa amarilla”, declaró Branca al programa 60 Minutes cuando le preguntaron si los admiradores del músico habían olvidado las acusaciones por abuso de menores. “Nos concentramos en el Micheal que conocimos, el Michael real, el genio artístico, el visionario”.

El abogado-mago

Branca se convirtió en el abogado de Jackson por casualidad. Trabajaba en el bufete de David Braun —entre cuyos clientes se contaron Bob Dylan, Neil Diamond y George Harrison— cuando los Beach Boys fueron a pedir asesoría. Braun los derivó a Branca, quien a los 27 años asumió la representación de sus primeras celebridades.

El contador de los Beach Boys era también el de Jackson. “En 1980 él presentó a Braun y Branca a la estrella pop en ascenso, quien poco antes había cumplido 21 años y estaba en el proceso de distanciarse de su padre dominante, también su manager original, Joseph Jackson”, escribió Leonard. A Branca le gustó la excentricidad amable de Jackson; su actitud le valió que al día siguiente del encuentro el contador lo llamara para avisarle que el músico quería contratarlo como su abogado. Ese papel cumplió, con algunas idas y vueltas, durante casi cuatro décadas.

Primero renegoció su contrato con Epic Records, y le consiguió un porcentaje de regalías que pocos artistas —Dylan, entre ellos— recibían entonces. Un día Jackson le anunció que para el lanzamiento de Thriller necesitaba USD 1,2 millones para un video promocional. La cifra multiplicaba por 25 el gasto habitual para producir un clip; Branca consiguió USD 600.000 de Showtime y MTV por el making of del video, y vendió los derechos de reproducción del video en otros USD 400.000. Pero cuando Jackson vio el resultado quiso destruir el material: como Testigo de Jehová —que era entonces— encontró blasfemo que los muertos se levantaran de sus tumbas.

“A Branca se le ocurrió otro arreglo astuto”, escribió el periodista. “Le dijo que Bela Lugosi, estrella del clásico Drácula de 1931, también era religioso y había hecho que los productores de la película incluyeran un descargo de resposabilidad”. Una historia tan buena como falsa. “Jackson agregó el descargo, y el video enormemente popular ayudó a impulsar las ventas del disco a 100 millones de copias en el mundo. Sigue siendo el disco más vendido de la historia“.

Otro de sus trucos de mago fue lograr que ATV, dueña de los derechos de más de 200 canciones de The Beatles, aceptara la oferta de USD 47,5 millones que hizo Jackson, en lugar de la oferta de USD 50 de su competidor. Le ofreció algo que no puede comprar el dinero: la hija del vendedor, de nombre Penny, retendría los derechos de “Penny Lane”. También por su gestión la compra de Neverland se hizo en USD 17,5 millones en lugar de los USD 60 millones que se pedían.

Aunque Jackson se sentía tan a gusto con Branca que le había regalado dos Rolls-Royce, lo despidió por consejo de gente que quería ese lugar, pero volvió a contratarlo en 1993 cuando fue acusado de abuso sexual de menores. Branca llegó a un acuerdo civil —se estimó que de USD 20 millones— y evitó que Jackson vendiera la mitad de ATV a Sony para cubrir sus costos. “En 1995 negoció un acuerdo por el cual Jackson fusionó ATV con la editorial de Sony a cambio de USD 115.000 millones y un pago anual de un mínimo de USD 10 millones”, ilustró Bloomberg.

Una tajada para el IRS

Jackson nombró a Branca y a John McClain, un ex ejecutivo de la industria musical, ejecutores de su testamento; eso se mantuvo inalterado las dos veces que Jackson actualizó el documento, al tener hijos. Pero la relación entre ellos se tensó a medida que Jackson se deprimía y comenzaba a depender de los sedantes.

En 2003 Branca quiso controlar el modo en que el productor de televisión Martin Bashir editaba el programa Living With Michael Jackson, pero el músico lo consideró innecesario. Allí se lo vio comentar que a veces compartía su dormitorio con los menores que iban a Neverland, entre ellos un niño sobreviviente de cáncer, que apareció a su lado en la pantalla. Los padres lo llevaron a juicio; en 2005, tras la exoneración del músico, Branca se alejó. Hasta que regresó a su lado, cuatro años más tarde, a ocho días de su muerte.

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Jackson fue acusado de abuso sexual de menores a los que invitaba a su mansión de Neverland.
El abogado, ahora ejecutor del testamento, lo leyó ante la familia en la casa de Jermaine Jackson. El padre del músico disputó la autenticidad del documento y pidió que se mantuvieran los pagos mensuales de USD 60.000 que le hacía su hijo; un juez estableció que el testamento era legal y no existía tal cuota de manutención. Como administrador de la herencia, Branca comenzó entonces los negocios por los cuales en 2012 no quedaban deudas de Jackson y a la fecha el valor total del legado sea de USD 1.100 millones.

Esa cifra, dijo el IRS en 2013 en una intimación a revaluar el capital, es la que hay que tomar en cuenta, no los USD 7 millones originales al momento de la muerte del artista. Ahora la autoridad impositiva ha incluido en la pelea a Tohme, quien ha argumentado que la resurrección económica de Jackson fue su obra —y por tanto anterior a su muerte, lo cual obliga a la revaluación— gracias al acuerdo con el patrocinador de la gira y los contratos asociados con Louis Vuitton y Nike, entre otros.

“El caso de Jackson ilustra que los auditores de hacienda ven valor agregado en la figura y el nombre de una estrella a medida que la tecnología y las redes sociales inauguran rutas novedosas para la generación de ingresos, como la capacidad de hacer aparecer a una persona mediante imágenes generadas por computadora y software de voz”, destacó Leonard en Bloomberg. Hasta que la causa se decida en los tribunales, los hijos de Jackson no pueden acceder a los objetos personales de su padre, retenidos por el IRS.

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