La temprana evangelización de los habitantes de Hispania tuvo repercusiones de gran calado en las diferentes manifestaciones de la actividad lingüística.
Las nuevas realidades evangélicas llevaron a la creación de palabras nuevas o al otorgamiento de nuevos significados a las ya existentes.
La antroponimia y toponimia experimentaron un vuelco importante, dando lugar a nombres de ciudades y nombres de pila nuevos.
Los personajes y acontecimientos de los libros sagrados del Antiguo y del Nuevo Testamento pasaron a formar parte del acervo idiomático de la lengua española.
Existen muchas comparaciones emblemáticas asociadas con las conmemoraciones que se celebran durante la Semana Santa, como ser alguien más falso que Judas, llorar como una Magdalena o estar más alegre que unas pascuas.
También existen frases hechas como andar o ir de Herodes a Pilatos, lavarse las manos, estar hecho un ecce homo, armar o montar el cirio, beber o apurar el cáliz, ser alguien un cirineo o un Barrabás, y hacer una barrabasada.
La lengua española proporciona frases que incluyen expresiones como Calvario o Gólgota, Getsemaní, vía crucis y calle de la amargura para referirse a lo que se nos hace costoso o nos produce dolor.
El rótulo latino de la cruz, Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, reducido a las iniciales INRI, campa en la difundida locución para más (o mayor) inri.
Algunos de los nombres que protagonizan los relatos bíblicos de estas celebraciones pascuales se encuentran incluidos como nombres comunes en los diccionarios de la lengua.
Preocupan las carencias en la competencia lingüística de los jóvenes, ya que no conocer los valores que han configurado la cultura y la civilización occidental de tradición judeocristiana se traduce en inhabilidad lingüística.
No se puede separar la lengua y la cultura, y la ignorancia de las raíces y tradiciones de nuestra cultura y civilización afecta también al mundo de las bellas artes.
Es importante atender los contenidos y no solo las destrezas y habilidades en las enseñanzas secundarias para valorar la importancia del conocimiento de la historia y de la religión.