Por Ana MuñozExperto de Motivación Tener metas y objetivos puede ser algo muy importante en la vida de una persona, porque sirve para dirigir su conducta, para dar sentido a su vida o trabajo y para motivarla para persistir en su esfuerzo a través del tiempo. Pero, ¿qué clase de metas son las más efectivas para motivar al máximo a las personas? ¿Qué metas producen un mayor rendimiento a la hora de trabajar para alcanzarlas?
No es lo mismo plantearse como meta “quiero ganar más dinero haciendo lo que sea” que plantease una meta que especifique exactamente lo cuánto quieres ganar al mes, el tipo de trabajo que vas a hacer y en qué empresa. El modo cómo planteas tus metas y el tipo de metas que te propones, así como otros factores, pueden ejercer una influencia muy importante a la hora de determinar si alcanzarás o no esa meta y cuánto te esforzarás por lograrla.
Proponte metas difíciles
Cuanto mayor sea la meta que te propongas, mayor será el logro que alcances, siempre que poseas los conocimientos y capacidad necesaria para alcanzar dicha meta.
Esto se debe a que el esfuerzo que una persona invierte en alcanzar una meta es mayor cuanto mayor sea la dificultad para alcanzarla. Es decir, cuanto más difícil consideres algo, más te esforzarás. Además, las metas más duras hacen a las personas ser más persistentes porque saben que dicha persistencia es necesaria para alcanzar una meta de ese calibre. Por supuesto, las metas no deben ser tan altas o complicadas como para que resulten inalcanzables, pero sí lo más difícil dentro de lo que es alcanzable para ti.
Crea metas específicas
Cuanto más detalla, clara y específica sea una meta, más probabilidades tienes de alcanzarla porque esta especificidad hará que puedas regular tu rendimiento de una manera más precisa. En cambio, las metas vagas e imprecisas dan lugar a un menor rendimiento.
Comprométete con tu meta
Cuando las metas son difíciles y específicas requieren un mayor nivel de compromiso. Un alto nivel de compromiso para alcanzar dicha meta implica que la persona cree que la meta es importante y alcanzable. Para conseguir un mayor compromiso procura que tu meta esté ajustada a tu capacidad, asegúrate de tener los conocimientos necesarios formándote y adquiriendo todas las habilidades que vas a necesitar y asegúrate de que confías en tu capacidad (si no es así, aumenta tu confianza mediante talleres y acude a algunas sesiones de psicoterapia).
También puede servirte de ayuda poner por escrito que te comprometes a alcanzar esa meta, a esforzarte y trabajar duro, a ser persistente y a confiar en tu capacidad para alcanzarla, a pesar de los reveses u obstáculos.
Obtén información sobre tu progreso
Tendrás más probabilidades de alcanzar una meta si, conforme avanzas hacia ella, puedes ir viendo cuál es tu progreso. Crear gráficos semanales o mensuales de diversos datos puede servirte de gran ayuda para tener una información realista y clara de tu progreso. Usa estos datos para generar submetas que te ayuden a alcanzar la meta general y para ir generando los nuevos planes a de acción cambios, ajustes, etc., que vayan siendo necesarios.
Si los resultados son negativos, no te vengas abajo. Prepárate mentalmente para dichos resultados negativos y sigue confiando en tu capacidad. A veces los resultados no son tan rápidos como puedes esperar en un principio, o el progreso es lento al principio para empezar a acelerarse más tarde. No tires la toalla ni te vengas abajo demasiado pronto. La persistencia es muy importante a la hora de alcanzar una meta, así como ser capaz de afrontar los reveses, obstáculos o datos desfavorables. Las personas que siguen manteniendo un sentido de auto-eficacia son capaces de reaccionar ante los reveses trabajando más duro, solucionando problemas, sorteando obstáculos, y mantienen su compromiso con la meta. En cambio, las personas cuyo sentido de auto-eficacia disminuye, o que empiezan a creer que no lo van a conseguir, comienzan a esforzarse cada vez menos.