Ayer se inició la primera ronda de declaraciones en la nueva instrucción del caso sobre el accidente del Metro del 3 de julio de 2006, reabierto recientemente a instancias de la Audiencia. Así, la jueza instructora tomó declaración a dos funcionarios de la Policía Judicial y reclamó a FGV copia del informe de la avería en los frenos del convoy siniestrado días antes del fatal accidente. La Asociación de Víctimas del Accidente de Metro del 3 de Julio de 2006 está siguiendo, como es lógico, meticulosamente dichas diligencias y extrae sus propias conclusiones sobre las averiguaciones que de ellas se desprende.
Así, las primeras afirmaciones que llaman la atención -según hemos podido saber gracias a la propia AVM3J– de las primeras pesquisas son más que interesantes yponen de manifiesto aspectos muy importantes sobre las causas del accidente, entre otras, que no se puede afirmar que la rotura del bogie , es decir, la separación entre el chasis de las ruedas y el vagón, no sea el motivo del descarrilamiento en lugar de la causa. Por otro lado, se ha afirmado de forma rotunda que la instalación de una baliza que controlara la velocidad hubiera evitado el accidente. La velocidad máxima permitida en el tramo era de 60km/h, y sin embargo las balizas instaladas permitían velocidades mayores.
Por otro lado, la lectura de la caja registradora se hizo la misma noche del accidente, sin presencia judicial y en las instalaciones de FGV, por la insistencia de su personal. El material técnico, igualmente, quedó sin custodia policial y a expensas de cualquier manipulación. Personal de FGV, supuestamente el Jefe de Talleres Sr. Alepuz, manifestó que los datos se borraban al extraer la información de la caja registradora, información que ha negado posteriormente la empresa que fabrica dichos dispositivos.
También se confirmó que se habían activado los frenos, pero no se verificó que realmente funcionaran.
Es muy importante también señalar que, en la primera instrucción del caso, tan sólo se extrajo una conclusión del informe policial: que el descarrilamiento se produjo por exceso de velocidad, cuando del mismo se desprenden muchos más aspectos. Es muy importante el hecho de que dicho informe confirme la falta absoluta de medidas de seguridad que controlaran dicha velocidad.
Cabe resaltar también la premura por parte de FGV de acceder a la información de la Caja Registradora (datos de velocidad) y la insistencia en que dicha lectura se hiciera en sus instalaciones.
“Queremos resaltar -señala la AVM3J- que elinforme policial no puede considerarse, ni la Policía lo pretende, como un análisis sobre las causas del accidente tal y como valoró la instrucción que se realizó en su día. Y que a día de hoy, sigue sin realizarse un informe pericial que tenga como objeto saber qué causas provocaron el accidente, porque recordamos que el informe que encargó la juez en su día, únicamente tenía como objeto confirmar si el exceso de velocidad podía provocar el descarrilamiento”.
La reapertura de este caso está arrojando, ya desde los primeros pasos de su nueva instrucción, datos más que reveladores sobre detalles que en su día se pasaron por alto y que parecen lo suficientemente importantes como para en su día no haber dado carpetazo al asunto. Es importante, por tanto, seguir atentamente el desarrollo de la instrucción que debe conseguir, en última instancia, el total esclarecimiento de unos hechos tantos años ocultos y, gracias a la movilización ciudadana y a la denodada lucha del colectivo de afectados, puestos de nuevo a disposición de los jueces para por fin cumplir con su cometido: impartir Justicia.
VLC Noticias | Javier Furió / AVM3J