Valencia Noticias | Agencias.- Hace más de cuarenta años, los astronautas del programa Apolo trajeron 382 kilos de rocas lunares a la Tierra. La recolección significaba una importante muestra para el estudio científico de los viajes emprendidos al satélite entre 1969 y 1972. Sin embargo, no están resistiendo el paso del tiempo y un estudio alerta de que se han deteriorado significativamente.
Los científicos han encontrado que el tamaño medio de las partículas, en un conjunto de 20 muestras diferentes de suelo traídas por las naves Apolo y mantenidas en los laboratorios para su uso en investigación, disminuyeron en más de la mitad desde que las muestras se midieron por primera vez hace 40 años.
“Puede ser que sea exacto decir que los suelos lunares traídos por el programa Apolo se están literalmente convirtiendo en polvo”, según el estudio dirigido por Bonnie Cooper, de la Universidad de Hanyang en Corea del Sur.
Aunque parezca sorprendente, el 83% de ese material permanece sin examinar conservado en nitrógeno en el Centro Espacial Johnson de la NASA (JSC) en Houston, explicó Cooper a Space.com. El otro 17% se ha destinado al estudio en diferentes laboratorios. Las 20 muestras que Cooper y su equipo consultaron pertenecían a este último grupo.
Entre 2007 y 2012, se utilizaron técnicas de difracción láser para medir los tamaños de partículas en las muestras. Los investigadores compararon sus resultados con las mediciones de suelos originales, que se hicieron en la década de 1970 utilizando tamices.
El vapor de agua como elemento de degradación
Las diferencias entre los dos conjuntos de datos son elocuentes. Por ejemplo, el diámetro de partícula medio se ha reducido de 78 micras a 33 micras. Y en los datos originales de tamiz, el 44% de las partículas del suelo tenían entre 90 y 1.000 micras de ancho; hoy en día, sólo el 17% de las partículas son tan grandes.
La explicación más probable para la degradación es el daño causado por el vapor de agua, dicen los científicos. “La lixiviación por el vapor de agua hace que la superficie específica de una muestra de suelo lunar se multiplique y se desarrolle un sistema de poros”, escriben en su estudio, publicado en la revista ‘Nature Geoscience’. Los nuevos resultados sugieren que las muestras de suelo del programa Apolo que están siendo estudiados por los científicos no son prístinas, dijo Cooper.
“La gente no debe asumir que las muestras de suelo lunar Apolo siguen siendo representativas de los suelos que se encuentran en el entorno natural de la Luna, especialmente si han estado expuestas a la atmósfera. Además de la distribución de tamaño de partícula, otras propiedades geotécnicas también deben haber cambiado. También, por ejemplo, el agua que se encuentra en la muestra puede tomarse como lunar en su origen, cuando en realidad es el resultado de la contaminación”, finaliza Cooper en el texto.