Aquel hat-trick de Barral, la victoria cien en Primera y el inicio de una permanencia angustiosa
Era la jornada vigesimosegunda y para la escuadra que preparaba desde el banquillo Lucas Alcaraz restaba un largo recorrido por escrutar y desentrañar, pero la amenaza de cataclismo era perceptible en esa localización de la cronologia. El Levante cerraba la tabla por su espacio más ínfimo. El desafío estaba planteado desde mucho antes de la epifanía de una confrontación que colindaba con la angustia. La victoria se convertía en un bien irrenunciable para alejar fantasmas y para apelar a la buenaventura. Y el triunfo no escapó de los muros del feudo de Orriols. El duelo acabó con David Barral aferrado al balón mientras saludaba a la afición levantinista anclado al círculo central del coliseo. Su sonrisa era contagiosa. Era la metáfora de la gloria La imagen que protagonizó fue un arquetipo de todo aquello que había acontecido sobre el pasto durante noventa minutos infernales.
Su efervescencia por las cercanías de la meta de Kameni fue sideral. Barral recuperó el embrujo del gol en una cita subrayada en fluorescente en la agenda levantinista. Como sucedía con el Levante, el atacante andaluz estaba ávido de una dosis extrema de adrenalina y también de autoestima. Su instinto de depredador del área se materializó en un día que aparecía señalado. Fue indetectable para los defensores foráneos. El hat-trick fue revelador de los cambios que se iban a producir desde un prisma personal y colectivo. Cada uno de sus goles fue superando en magnitud al anterior. El primero permitió mitigar los efectos que se presagiaban devastadores tras la diana de Juanmi que estrenó el marcador. Mariño fue la imagen de la desolación. La grada se estremecía de dolor. Apenas tres minutos distanciaron ambas acciones. La celeridad en la reacción permitió reedificar el encuentro. Antes del final del primer episodio del duelo agitó el espíritu del Ciutat.
El Levante mudaba el sino de una confrontación que germinó desde la agonia. En la reanudación certificó los lazos con un triunfo de efectos reparadores. Solo se había consumido una hora y el enfrentamiento parecía domesticado. Kalu Uche magnificó el triunfo (4-1). “No hubiera sido justo otro resultado que no fuera la victoria”, compedió Lucas Alcaraz en sala de prensa. “Necesitábamos la victoria”, reclamó Ramis siguiendo el ideario propuesto por su entrenador. Antes el Levante había atravesado por la totalidad de los estados anímicos. Desde la melancolía derivada del gol de Juanmi hasta la euforia suscitada por la diana de Uche que certificó un triunfo redentor. El partido estaba ungido por la estadística. Fue la victoria cien en el ecosistema exclusivo de la Primera División. Quizás aquel día el Levante comenzara a forjar la permanencia consumada en la penúltima jornada en Coruña. Quebró una inercia peligrosa en el Ciutat. El triunfo era huidizo desde el golazo de Morales en la décima jornada del curso ante el Valencia y abonó un ciclo de triunfos con suspense en Orriols ante el Granada y Eibar.
Fahad retoma los entrenamientos en el Ciutat
Fahad ha regresado a los entrenamientos en la sesión desarrollada en las instalaciones del Ciutat desde las 10:30 horas. El atacante de Arabia Saudí ha retomado la normalidad con el grupo que conduce Paco López después de unas jornadas de ausencia. El colectivo ultima la preparación del partido ante el Málaga, pautado para la jornada de mañana jueves a las 21:30 horas. El técnico azulgrana ha insistido en aspectos tácticos en una jornada que ha consumido una hora y media de trabajo. Luna y Boateng han completado la matinal confirmando que la recuperación de sus respectivas lesiones es un hecho. El equipo realizará mañana un entrenamiento de activación desde las 10:30 horas en el Ciutat. Paco López confirmará el listado de los jugadores convocados para la cita ante la escuadra malacitana.
Aly tras los pasos de Shaq y El Hacen
“Fue uno de los aspectos positivos, es un chico que ha estado jugando en Tercera División y en este estadio ha hecho un partido excepcional”. Las declaraciones las efectuó Paco López en las entrañas del Estadio Wanda Metropolitano apenas unos minutos después de la confrontación ante el Atlético de Madrid. El receptor de la reflexión era Aly. La relación entre el entrenador y el futbolista mauritano es profunda en virtud de la relación conjunta mantenida en el Atlético Levante durante buena parte del ejercicio liguero en el marco de la cuarta categoría del fútbol profesional. La entente contó con una nueva reedición en uno de los escenarios más egregios de LaLiga Santander. El defensor mauritano acaparó protagonismo en los minutos previos. La ratificación del once titular que saldría a competir ante la escuadra rojiblanca presentó a Aly en sociedad en el exclusivo ecosistema de la Primera División. No se trata de un caso aislado en la evolución del curso en recorrido.
El lateral zurdo sigue los pasos emprendido por Shaq y de El Hacen, si se pone la atención en el trasvase de jugadores procedentes desde las profundidades del filial en dirección hacia el equipo más representativo de la institución azulgrana en el universo de la élite. Quizás sea uno de los fundamentos básicos de la cantera; preparar jugadores susceptibles de emerger para proyectarse hacia el universo de la nave nodriza. Paco López puso en práctica esta tesis en el quinto partido al frente del banquillo del Levante. En un momento de complejidad, partiendo de todos los contingentes que sembraban una profunda duda acerca de la composición definitiva la banda izquierda de la retaguardia azulgrana, decidió poner la mirada en el filial para apostar por las prestaciones de un futbolista que conocía con detalle por cuestiones más que obvias.
Con Coke alejado del verde por una sanción y con Luna y Toño lesionados, Paco López podría haber mutado la configuración de la defensa. Hubiera sido una elección. Esa especie de proceso de reconversión hubiera significado readecuar a un central para resguardar el carril zurdo, pero fue implacable en la apuesta de un especialista por más que su bagaje fuese escueto y su experiencia en la élite prácticamente imperceptible. Y el reto era notable con la aparición de Correa por ese espacio del rectángulo de juego. Aly toma el testigo de Shaq y de Hacen. El defensor estadounidense estrenó su expediente en Girona en un partido vinculado a la Copa del Rey. Apenas unos días después unió su imagen a la de LaLiga Santander en el feudo de Ipurua. Y ante el F.C. Barcelona disfrutó de una titularidad histórica en el campeonato de la regularidad. Hacen saltó al pasto del Ciutat en el encuentro de vuelta ante el Girona de los dieciseisavos de Final de Copa. Las lesiones durante el calentamiento encadenadas de Róber Pier y Doukouré le guiaron hasta la línea de medios. Ante el Athletic Club en Liga partió entre los escogidos. El listado podría ampliarse con la inclusión de Youssouf. Desde el Juvenil División de Honor emergió para debutar en los minutos finales del duelo de Copa ante el Girona en Montilivi.