Valencia Noticias | Redacción.– Como vislumbraba Antonio Machado en algunas hojas verdes el milagro de la primavera en su célebre poema ‘A un olmo seco’, el Programa Español de Conservación y Mejora de los Olmos Ibéricos lucha por recuperar el esplendor de este ejemplar y por acabar con la denominada ‘grafiosis’, una afección provocada por un hongo que ha ocasionado la desaparición en las últimas décadas de más del 90% de los olmos en España.
La Escuela de Viticultura y Enología de Requena ha acogido una jornada informativa sobre este programa, con el fin de mostrar la problemática que supone la reducción drástica de este árbol y lo que se puede hacer para conservarlo. “El olmo es un árbol tradicional, de gran porte, que no solo proporciona una majestuosa sombra, sino también propicia el encuentro de la gente. Muchos municipios contaban con uno en sus plazas”, ha señalado la diputada de Bienestar Social, Salud y Educación, Mercedes Berenguer.
Tras años de investigación, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y la Universidad Politécnica de Madrid han encontrado variedades resistentes a la enfermedad, por lo que han iniciado una campaña para recuperar el olmo en distintos territorios de ámbito nacional. “Este hecho demuestra que la investigación es útil y que hay que apostar por la recuperación de los árboles tradicionales en España”, ha indicado Mercedes Berenguer, quien ha participado en la jornada.
A partir de ahora el Ministerio quiere hacer llegar esta información a los municipios valencianos y para ello contactará con la Diputación de Valencia. La idea, en palabras de Mercedes Berenguer, es que se cedan ejemplares libres de la enfermedad para que los ayuntamientos se encarguen de su plantación, de manera que poco a poco se pueda recuperar la especie.
El proyecto nació en 1986 como respuesta a la mortalidad generalizada a comienzos de la década de las olmedas españolas por efecto de la denominada ‘grafiosis agresiva’, que estaba suponiendo la desaparición de esta especie tan emblemática. La finalidad del programa pretendía obtener un número suficiente de genotipos resistentes que sirvieran para garantizar la preservación de la especie.
Tras más de 30 años de mejora en los que se han evaluado varios miles de genotipos, se encontraron variedades resistentes a la enfermedad, lo que permitirá su reintroducción en los bosques ibéricos. La gran talla de este árbol, su sombra y la prodigalidad de sus semillas, así como su ubicación muchas veces en las plazas de los municipios han cargado de simbología esta pieza clave del paisaje español.