Magdalena Jiménez
Ciudadana
Dándole vueltas a la cabeza en esta fecha tan señalada de La Constitución, sobre mi mesa tengo la nuestra y al lado un ejemplar de La Constitución Americana.
La Constitución Americana vigente hoy en día data de 1787. Tiene solo siete artículos, en los que se contienen 4.440 palabras. Es concisa, ágil, eficaz, consagra la división de poderes, señala cómo deben ser las relaciones entre los estados y el gobierno federal, establece como enmendarla y como ratificarla. Comienza diciendo “Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos…”.
La Española, la que hoy cumple 34 años, comienza diciendo “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho…”, tiene ciento sesenta y nueve artículos, imaginémonos qué cantidad de palabras contiene y la cantidad de cosas que consagra, regula, y define. Esta cantidad de artículos y reglamentos nos hacen olvidar lo más importante: los ciudadanos.
Al contrario que la Constitución Americana, la Española no empieza nombrando a los ciudadanos, a los españoles, empieza directamente con el Estado, y yo me pregunto si un texto constitucional debería ir más allá de un conjunto de normas que sirvieran a los ciudadanos para a vivir en bienestar, libertad, igualdad y justicia común.
Muchas son las voces que se alzan en defensa de nuestro texto constitucional, y los que más la defienden son los que quieren reformarla.
Yo no estoy tan segura de querer eso. Su reforma mantendría la estructura actual, sería un simple lavado de imagen, cambiar unos artículos por otros, por no decir que esa reforma la harían los actuales diputados existentes en las Cortes Españolas y ¿de verdad queremos que nuestra maltrecha constitución la reformen diputados cuyo único interés es cargarse nuestro país véase los diputados de Amaiur, ERC, etc?
Yo confieso que no, que no quiero eso. En mi opinión, lo que es verdaderamente necesario es abrir un proceso constituyente.
La Constitución Española hay que cambiarla por otra que sea más corta, más concisa, útil, intemporal, que delimite claramente los poderes del estado, que sea el paraguas donde todos los españoles nos cobijemos, y que como poco comience como la liberal de las Cortes de Cádiz, firmada hace doscientos años “La nación española es la reunión de todos los españoles…”.
VLC Ciudad/Redacción
@brigate