El taller de formación para familiares de personas dependientes, que se lleva a cabo desde 2008 en el Hospital La Magdalena, ha formado a más de 300 familias en el manejo y optimización de los cuidados que realizan. A lo largo de este tiempo, se han realizado ya 19 ediciones del taller, en las que el equipo interdisciplinar del hospital encargado de esta formación ha contado con la colaboración de profesionales de Caritas.
El principal objetivo de este taller de formación para familiares de personas dependientes es fomentar en el cuidador la adquisición de conocimientos socio-sanitarios y técnicas necesarias para un mejor cuidado de las personas con dependencia, así como optimizar los cuidados que éstas precisan.
Además, en el taller se pretende también promover la calidad de vida de la persona que se ocupa de los cuidados y contribuir en la preparación del alta hospitalaria que tanto temor y angustia puede provocar en la familia al romper con el entorno estructurado y protegido que aporta el centro hospitalario.
La Trabajadora Social del Hospital La Magdalena, Marta Beltrán, explica que La carencia de conocimientos teóricos o técnicas específicas para realizar un buen cuidado, tanto en la cuidadora o cuidador principal, como en todo el núcleo familiar involucrado en el mismo, puede repercutir “en una alteración en la calidad de vida de los mismos, que además puede deteriorar de forma directa la calidad de vida de la persona bajo su cuidado”, señala Marta Beltrán, Trabajadora Social del Hospital La Magdalena.
Asimismo, la familia es “un pilar básico para alcanzar los objetivos terapéuticos planteados por el equipo interdisciplinar, y en ella pueden manifestarse sentimientos de impotencia, confusión, ambigüedad y tristeza, razones por las que se planteó la necesidad de dedicar tiempo y atención por parte de todo el equipo para formar y cuidar a los cuidadores”.
De este modo, el taller de formación para familiares de personas dependientes aprovecha la estancia hospitalaria para transmitir, desde un abordaje interdisciplinar, aquellos conocimientos y experiencias que serán de utilidad para el manejo de la persona en situación de dependencia, ofreciendo así un espacio de “descanso activo”.
Equipo interdisciplinar
El equipo de profesionales que imparte este taller está formado por dos trabajadoras sociales, una enfermera, una auxiliar de enfermería, una fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional y una psicóloga, que han elaborado el programa formativo atendiendo al perfil de las personas destinatarias de dicha formación y según las necesidades observadas. Dicho contenido se imparte en 8 módulos con una duración de 3,5 horas y cuenta con la oficialidad por parte de la Escuela Valenciana de Estudios de la Salud (EVES).
Tras una mejora continuada y gracias al feedback aportado por las evaluaciones realizadas por el alumnado de los cursos, la novedad de este año radica en la incorporación de una nueva figura profesional de logopedia, y la aplicación de escalas como el Zarit y Wonka para una recogida más exhaustiva de datos estadísticos.
Desde el trabajo en equipo interdisciplinar “nos encontramos con una realidad familiar muy específica, que queda perfectamente definida por el desconocimiento del proceso patológico y las implicaciones clínicas por las que la persona ha sido ingresada o recibe el tratamiento, o hace referencia a todo lo referente al acceso y uso de los recursos socio-sanitarios. Todo ello conlleva una sobrecarga y esfuerzo del cuidador o cuidadora principal por una dificultad en el manejo de la persona en situación de dependencia”, señala la Trabajadora Social.
Por este motivo, el trabajo del equipo interdisciplinar supone la piedra angular de la asistencia global a la persona, contemplándola como un todo, respetando sus valores e intereses y contribuyendo en lo posible al bienestar de la misma, así como de su familia.
El Hospital de La Magdalena, enmarcado dentro de los hospitales HACLES, tiene como misión ofrecer una atención integral a personas en situación de dependencia, desde una concepción integral, humanista y ética que favorezca la recuperación total o parcial de la funcionalidad de las mismas, que disminuya en la medida de lo posible el impacto de la enfermedad, mejorando su calidad de vida y que además proporcione a la familia los recursos, habilidades, cambios de roles y apoyo emocional necesarios para evitar la claudicación, contribuyendo así a la integración de las personas en su entorno natural.