Un funcionario de los servicios de inteligencia de EEUU dijo que Syed Farook, que mató a 14 personas en California, había conversado a través de redes sociales con extremistas vigilados por el FBI
El agente de Inteligencia dijo que los investigadores aún están tratando de determinar si –y cómo– se radicalizó y si estuvo en contacto con alguna organización terrorista extranjera.
En cuanto a la esposa de Farook, que también participó en el ataque en San Bernardino y fue abatida por la policía, el FBI dice que llegó a Estados Unidos en julio de 2014 con pasaporte pakistaní.
Tashfeen Malik era residente condicionada en EEUU después de haberse casado con un ciudadano estadounidense. Para obtener su visa, tuvo que someterse a una entrevista personal y a revisiones de antecedentes y de datos biométricos para asegurarse de que no fuera una amenaza a la seguridad pública o nacional.
Por ley, Malik tenía 90 días para casarse o abandonar el país. Se convirtió en residente condicionada después de contraer matrimonio con Syed Farook. Dos años después de la boda, podría solicitar residencia permanente en Estados Unidos.
El matrimonio, que masacró a 14 personas en un banquete de empleados en San Bernardino, California, disparó hasta 75 cartuchos de fusil en el ataque y dejó tres bombas caseras unidas y vinculadas con un dispositivo de control remoto que aparentemente falló. Tenía más de 1.600 balas cuando fueron abatidos en su camioneta deportiva.
En su vivienda había 12 bombas caseras, herramientas para hacer más explosivos de ese tipo y más de 3.000 cartuchos adicionales de municiones, dijo Jarrod Burguan, jefe policial, en un lúgubre inventario a la mañana siguiente de la matanza que deja entrever que el baño de sangre del miércoles podría haber sido mucho peor.
Vestidos con ropa negra para ataques estratégicos y blandiendo fusiles de asalto, Syed Rizwan Farook, un inspector de restaurantes de 28 años de edad, y su esposa, Tashfin Malik, de 27, abrieron fuego en un centro de servicio social poco después de que él se fuera de un banquete en el cual había estado participando.
Cuatro horas después y a algunos kilómetros de distancia, la pareja fue acribillada de muerte en su vehículo rentado en una intensa balacera con la policía. Durante el tiroteo ambos hicieron 76 disparos, mientras que los agentes les arrojaron unas 380 balas, señaló Burguan.
Fue la balacera masiva más letal en el país desde la tragedia escolar en Newton, Connecticut, hace tres años, en la que fallecieron 26 niños y adultos.